Francisco Javier Gómez Izquierdo
En la milicia, cuando se mienta el Campo de la Verdad, se está hablando de Guerra. El presidente Zapatero nunca habla de Guerras, excepto de la que hay en Irak. La ministra de la Guerra del presidente Zapatero manda a los soldados armados hasta los dientes a Libia, Bosnia, Afganistán, el Líbano... y explica por la tele que en realidad van a organizar la cola del reparto del pan y a distribuir con justicia el paracetamol.
Ayer mataron en la Guerra de Afganistán a un soldado cordobés del Campo de la Verdad porque en Córdoba hay un Campo de la Verdad que se pisa nada más cruzar el Guadalquivir por el puente romano y debe su nombre a una traición en batallas medievales. Joaquín Moya Espejo sabía que podía morir en la Guerra... porque Joaquín era un soldado. La señora ministra de la Guerra habla de misiones y de paz, pero los soldados españoles mueren matados en Afganistán.
Los pelotones de andaluces tienen sus vírgenes como los toreros, pero me da a mí que no pueden honrar como quisieran a quien se encomiendan. Sobre todo en Afganistán, donde explicar la devoción de costalero por la Virgen del Buen Fin ante un corro de mahometanos es tarea inútil, a la par que peligrosa.
Mi amigo Rafael trae lotería de la Hermandad del Santísimo Cristo del Descendimiento, María Santísima del Refugio, San Juan Evangelista y Nuestra Señora del Buen Fin. La Hermandad saca dos pasos el Viernes Santo, y Joaquín, que era chiquitillo, iba debajo del paso de la Virgen de las Seis Lágrimas, en la última “trabajaera”. Este año no le dieron permiso en Vitoria y no pudo venir a sacar a la madre del Cristo.
-Si éste año no me saca Joaquín, no me saca nadie- se diría la Señora que todo lo presiente..., y soltó un diluvio a Córdoba.
La Señora del Buen Fin se quedó en el Campo de la Verdad. Allí llora por su hijo Joaquín que fue a la Guerra. La señora ministra no sabe que han matado a un soldado que hablaba de la mezquita de Córdoba en tierra de musulmanes.
-Ahora es Catedral.... y a las 12 de la noche del Viernes Santo pasa mi Hermandad por el Patio de los Naranjos.
El año que viene, en un varal del paso, pondrán un lazo negro y llorarán por ti, Joaquín... Si no llueve... Que lloverá. Porque así lo va a querer tu Madre. ¡Al tiempo!