Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Si los mayas no lo remedian, lo peor de la crisis está por llegar, y llegará en 2013, de dar crédito a la OCDE, razón por la cual los jefes de tribu catalanes han aplazado a 2014 el referéndum de independencia.
–En el fondo tienes suerte. ¡Mira! ¡De buena te vas a librar! –le dice, a los pies de la cama, a su esposo moribundo, una maruja de Chumy Chúmez que lleva bajo el brazo un ejemplar de “Hermano Lobo” con la portada “1975 será peor”.
¿Mayas u OCDE?
Yo ya sólo me fío de lo que veo, y lo que veo es que mis amigos no salen a cenar y los únicos platos elaborados que ven son los del Canal Cocina.
En este momento no hay más alegría callejera que la la de los españoles que creen haber ganado en Cataluña, aunque yo sigo viendo en Madrid el mismo humor enlutado (no confundir con el humor negro) de Eugenio, el mismo acento Nuria Espert en el teatro, el mismo “trencadís” Gaudí en las piscinas de riñón, el mismo tiquitaca en la prensa deportiva de Mariano, los mismos árbitros platinescos en la Uefa y la misma filosofía para pobres sobre el terreno del Raval, como la de Pepe Ramoneda, el filósofo que emocionó a Spielberg con su denuncia de la construcción cultural del fascismo sobre los hombros de Belén Esteban y que ahora emocionará a Mariano con su estrenada humildad de canterano:
–La sociedad catalana ha resultado opaca. Y la realidad es insoslayable.
Derrotados por su propia niebla, los filósofos pontífices que nos ilustraban acerca de la realidad última se convierten en filósofos artesanos de lo concreto: sin dinero, todos españoles.
¡Ellos!, que ya se veían jugando en 2013 la Liga con los franceses, esos “españoles con dinero”, que dijo el mismo que había dicho que son españoles los que no pueden ser otra cosa.