El Jueves Santo recorrió las calles de Madrid un toro de la ganadería de D. Vicente Martínez, llamado Charro, de pelo retinto, bien puesto y de buena estampa. Este toro rompió la jaula del camión donde era conducido por las afueras, desde la estación del Norte a la del mediodía perdiendo en la acometida la mitad de su armadura, y se lanzó del carro y entró en Madrid por la calle de Segovia. Al llegar a la plaza de la Cruz Verde embistió a un joven que estaba llenando una cuba de agua, causándole una grave lesión en el vientre. El desgraciado rompió en gritos de dolor, exclamando:
-¡Socorro, socorro! ¡Qué será de mis amos!
En Festivales de España
-¡Socorro, socorro! ¡Qué será de mis amos!
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