viernes, 2 de abril de 2021

Tiempos inciertos

 

Jueves Santo en el 2º año de la Peste

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

   
      El grupo de la selección para la clasificación del Mundial de Qatar vimos que era un "chollo" incontestable el día que se sorteó, pero en estos tres primeros partidos nos parece que el equipo es una imitación de las recientes glorias pasadas con demasiadas piezas del traje presentadas al aficionado sólo con el hilván y lo que es peor, sin que veamos capacidad de un remate fiable como corresponde al buen sastre que suponemos en Luis Enrique. Seguro que Luis Enrique es buen entrenador, pero como les pasa a muchos grandes entrenadores que en el mundo han sido, llega un momento que se vuelven más cabezones de lo que suelen ser y caen en un cerrilismo incomprensible. No sé por qué, la selección transmite provisionalidad, inseguridad y nos parece como esos alumnos que quieren nuestros gobernantes, de "aprobao pelao" suficiente para dar el pego. No está gustando la selección y además el seleccionador se trae historias muy raras desde que volvió al banquillo porque dijo que era "suyo" sin que don Rubiales, su jefe, le corrigiera. Así como las asperezas con Jordi Alba nos parecieron excesivas, el "colegueo" a cencerros tapados que transmite con Sergio Ramos tampoco parece conveniente para llegar donde se pretende, que se llegará, pero en realidad todo es ya raro y confuso en el fútbol.
      

Raro es jugar dos finales de Copa en quince días y que un equipo, el Athletic, pueda conseguir las dos como si aprovechara una oferta del Carrefour.  Confusas son estas fechas en las que no sabemos en qué jornadas andamos y no digamos ya el lío de 2ºB del que ni los mismos clubes saben cómo desenredarlo.
    

Todo es tan raro e incierto en esta peste que nos tiene a todos trastornados. Paseando por la Judería el cordobés repara rápidamente en los penitentes que los capillitas semanasanteros han colocado en las paredes y al entrar por la calle Judíos se pregunta cuando pasó por esta calle una procesión o por la plaza de Abades o por... ¡en fin!  ¡Tendrá que ser así!