Antiguo parchís de Campeones de Europa
Faltan el Chelsea.... y el Borussia de Dortmound
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Jugarán las semifinales los cuatro mejores. Tras los cuartos, el Bayern parece el más fuerte. Lo sigue el Madrid y queda en evidencia el Barça, azotado por unas deficiencias físicas de complicada solución. El arbitraje coló al Borussia como pudo colar al Málaga y uno, que sigue siendo un ingenuo, cree que a pesar de que hay árbitros torpes que llegan a ser internacionales más por política que por méritos, en general pitan mal porque no saben hacerlo bien. El rimero de errores del trencilla escocés puede estar condicionado por el mal nombre que tiene el Málaga en la Uefa, pero el lance en el último minuto no viene en el guión y la maldad no puede ahorrarse durante tantos minutos. El Málaga debió pasar por lo que tuvo de David orgulloso en una gigantomaquia europea que nunca imaginó el aficionado boquerón, pero, si hemos de ser sinceros, el Borussia es mejor equipo y alcanzada la semifinal se encuentra en esa situación que más gusta a los futbolistas: poder ganar a los mejores, sin ser presionados por la responsabilidad.
El bombón envenenado es el Borussia, pero el deseo de Madrid y Barça es catarlo y así tener la posibilidad de una final española que agradecerían todos los aficionados europeos, salvo los alemanes, claro está. Llega lo mejor de la Champions y nos quedan sesudos análisis de cómo van a discurrir los encuentros. Empezarán estos, y un árbitro anulará un gol y otro no verá un penalty. Messi -si aguanta en condiciones- esculpirá una obra de arte y Cristiano matará tras una galopada. Müller anotará cayéndose y Valdés salvará los muebles. Viviremos con la polémica, pero triunfará el fútbol gracias a lo que tiene de emocionante.
A pesar de que creo que este año la Copa de Europa se la lleva el Bayern... ¡permita Dios una final Madrid-Barcelona!
