Jorge Bustos en la tanqueta (CLT)
Jorge Bustos
Al cierre de esta página, el empresario triestino Marcello di Finizio,
regente de un restaurante destruido por el fuego, reedificado con
esfuerzo y ahora amenazado por la euroburocracia de directiva
Bolkestein, continúa encaramado a la cúpula de San Pedro, corona
celestial del Vaticano. Ha pasado la noche abrazado a su pancarta
contestataria, amarrado por un arnés a la gloriosa arquitectura y
emitiendo destellos de luz que informaban de su hartazgo a peregrinos y
noctámbulos de la Via della Conciliazione. Marcello di Finizio no gasta la sandunguería ceporra de Jimmy Jump ni el destape flower-power de Jill Love; Marcello di Finizio es sencillamente otro europeo cansado cuya excentricidad no va más allá de una coleta como la de mi amigo Mercutio Montesco y el anhelado propósito de no tener nunca que llamar la atención mientras se pueda. Pero es que no se puede, porque no te dejan:
—Help. Basta Monti, basta Europa, basta
multinacionales. ¿Desarrollo? Nos estáis matando a todos. Esto es sólo
carnicería social –reza la pancarta del funambúlico hostelero.
Seguir leyendo: Click