lunes, 13 de octubre de 2014

Los ilustrados del fútbol


Hollejos

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Uno ya mira al Combinado Autonómico del marqués de Del Bosque (se dice marqués de Del Bosque igual que se decía doctor Toba) como a la última Sociedad Económica de Amigos del País, una cosa que montaron los masones de Carlos III (al estilo de los teleclubs de Fraga en el franquismo) para propagar por España los chascarrillos (¡el despotismo ilustrado!) de la Ilustración.
    
En el Combinado Autonómico de Amigos del País, como en la Sociedad Bascongada de Amigos del País, más que de fútbol, se habla de filosofía, de política y de comida, que todo viene a ser lo mismo.
    
Así, la responsabilidad del gol que Casillas se come en Zilina sería de la política de Del Bosque de alinearlo, pero, preguntado por el asunto, Del Bosque, en su afán de afrancesamiento, recurre a Descartes, cuya duda metódica se basa en el hecho de que nuestros sentidos nos engañan, teoría muy divertida y cuya lectura recomiendo para matar al muermo durante los partidos de “la Roja”, que empieza a ser “la Descolorá”.

    –Íker es inocente. Fue el balón, que le hizo un extraño –zanjó el marqués.
    
En principio, un balón no es ningún sentido, aunque, tratándose de Casillas, cualquiera sabe. Pero estén seguros los demás porteros que lo cartesiano es pensar que los sentidos, lo mismo que los cónyuges, nos engañan. Y a ningún pipero le costaría entender, si quisiera, esta meditación cartesiana:

    –Desde mi niñez, he admitido como verdaderas muchas opiniones falsas. Lo que después he ido edificando sobre tan endebles principios es, pues, muy dudoso e incierto, y, por una vez en mi vida, voy a deshacerme de todo y a empezar de nuevo.
    
Dejamos al pipero meditando en su diván porque hay que atender a Piqué, que viene al Combinado Autonómico diciendo que él no pide la independencia de Cataluña, sino una consulta para llevarla a cabo.

    –Tengo las ideas muy, muy, claras. Yo pido la consulta, que es algo democrático. No es muy difícil de entender.
   
 Estas “ideas” sobre la “democracia” (?) son las típicas bobadas que uno puede oír a un vecino devoto de las tertulias, pero que bajo ninguna circunstancia (ni siquiera bajo la circunstancia de ser catalán y futbolista) puedes hacer tuyas.

    Si Del Bosque quisiera a Piqué, lo cogería por banda y le explicaría, viniendo de Salamanca, que la democracia no es una religión, sino un reglamento, y que nadie es más o menos demócrata por regirse democráticamente, lo mismo que nadie es más o menos futbolista por jugar al fútbol con las normas del reglamento comentado de don Pedro Escartín, y que la democracia, en cualquier caso, no consiste en votar.

    Incluso Piqué entendería el ejemplo de un Barça-Madrid: incapaz, a lo mejor, el Madrid de marcar un gol, a falta de media hora decide reunirse el equipo en una esquina del campo para votar la pertinencia de dar validez en adelante al juego con las manos sólo por la parte madridista. Ahí tiene Piqué una votación que, sin embargo, nada tiene que ver con la democracia, sino con el decisionismo, un ismo que no depende de la voluntad, sino del poder (no de los demócratas, sino de los caudillos).

    Y tenemos que en el Combinado Autonómico el primer decisionista para lo de Cataluña es Del Bosque.

Mosto

IGUALDAD A LA ITALIANA

    Ancelotti ha ido a Francia, el país de la igualdad (la utopía más tonta que se conoce), a decir lo más interesante que ha dicho desde que entrena al Madrid: “Mourinho y yo tenemos la misma filosofía de trabajo”. Y que no cambió cosas cuando llegó a España. Por declaraciones menos enrevesadas Giulio Andreotti mereció los apodos de Divino Giulio, El Jorobado, Moloch, Salamandra, Papa Negro u Hombre de las Tinieblas, y nunca contestó con demandas, por dos motivos: su sentido del humor… y “un gran archivo, pues carezco de imaginación”. (“Cada vez que menciono ese archivo, quien debe callar, calla.”) Y remata Carletto: “Antes de llegar yo había muchos problemas de vestuario entre algunos jugadores y Mourinho. Todo lo que pasaba en privado se encontraba el día después en los diarios. Cuando cogí el mando volvió la tranquilidad.”

 Lagar