jueves, 10 de enero de 2013

Bono Nui y la Muchachada

Hughes
Abc

Celoso quizás de Imanol Arias y su exhibición capilar de Nochevieja, José Bono fue la noche de reyes a El Debate de Telecinco a lucir su pelambre azabache de Kyle MacLachlan, porque en Bono ya casi interesa más el flequillo que el testimonio. Bono es una retórica pedregosa de Demóstenes manchego y una animalidad política pura y no se sabía cómo iba a quedar ante la muchachada. Porque Bono no habla concretamente al adulto, como tampoco supo hablar al niño, Bono está siempre hablando a un ser inconcreto, ideal, que es su votante manchego, un votante arquetipo a lo Joaquín Reyes, de modo que acaba resultando siempre un poco político nui.

Los niños, que no tuvieron que ser muy buenos en el dos mil doce, le escuchaban defender la unidad de España y seguro que pensaban: qué turre nos está metiendo este tío. Porque su trayectoria de españolazo en tertulias se resumió así: una soflama casi castrense ante los niños del gallifante.

Prometió decir toda la verdad como un regalo al programa y confesó haber querido ser torero y albañil, pero no Rey. Bono de luces, Bono subido en un andamio piropeando transeúntes... La imaginación ardía.

Cómo será Bono con la infancia que una niña le preguntó por el fútbol y le acabó recomendando (a la niña) que caminara ocho kilómetros al día, tras asegurar que recorre esa distancia en una hora (¡Bonocirraptor!)

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