viernes, 31 de mayo de 2024

Gente de fiar


José Luis Mendílibar Etxebarría



Giancarlo Antognoni

Francisco Javier Gómez Izquierdo 


 En lo tocante a la contratación de entrenadores hay opiniones para todos los gustos. Los encargados de hacerlo en los grandes clubes no suelen tener demasiados miramientos y si se puede pagar a los que son reconocidos internacionalmente, reconocimiento que viene de los "másteres" que reparten los manejantes del negocio -prensa y "expertos" que ahora se llaman CEO o algo así- pues fichan a los Ancelotti, Guardiola, Klopp, Mourinho, etc.  con dineros del jefe o los jefes. Son los mejores y la verdad es que casi todo el mundo del fútbol así los considera.


        Al aficionado de ley no le sorprende que Tuchel, un poner, no cuaje en el Bayern o que este mismo Flick, ganalotodo en Múnich precisamente, al que ha camelado Laporta se haya estrellado con la selección germana. Son cosas que pasan. Plantillas no idóneas, sistemas obsesivos, malas convivencias... El aficionado de ley que colecciona alegrías y disgustos en estadios menos rumbosos no suele poner ni quitar rey pero hay un tipo de entrenador al que daría el plácet si el encargado de contratar le preguntara. Émery, por ejemplo. Ahora ya no tiene misterio porque ha subido mucho en el escalafón, pero ficharlo cuando empezó en el Lorca de jugador y entrenador es mérito del Almería... y ¡por cierto! que el Valencia lo despidiera sin honor, cambiándolo por Pellegrino, una de tantas decisiones injustas y caprichosas de las que suelen hacer uso por aquélla tierra.


      ¡Mira que se enrolla uno! En realidad, yo me he puesto ante el teclado para hablar bien de Mendilíbar, de quien si me preguntara cualquier CEO de ésos, le diría, "fíchelo". Usted le oye hablar y se fía de él. Usted se fía porque los tipos legales no necesitan decir que lo son y que si patatín y patatán. Le cae bien porque no gasta pamplinas ni gramáticas pardas. Su sistema es sencillo y de fácil comprensión para los buenos futbolistas y para los más limitados técnicamente. A Mendilíbar, siempre en equipos de infantes y zapadores, le han empezado a llamar clubes digamos de ingenieros con pretensiones de aviadores y con esa simple máxima de la ortodoxia balompédica de subir el balón por la banda y centrar desde el extremo ha conseguido dos campeonatos europeos seguidos: Europa league y Conference. Éste de la Conference tras centro de Santiago Hezze y testarazo del sorprendente goleador El Kaabi. Me hubiera gustado que el centrador hubiera sido Quini, el lateral de Fernán Núñez del que un paisano suyo me contó que al abuelo lo quiso contratar el Real Madrid, pero Bernabéu fichó a Gento y el abuelo de Quini se quedó compuesto y sin novias. No sé si será tal como me lo contó el paisano pero a este Quini sí que lo fichó el Real Madrid, aunque luego de profesional anduvo varios años entre el Rayo y el Granada. En Olympiakos también anda Iborra, fue uno de los mejores en la final, y resulta otro tipo también de fiar. ..quiero acabar en el Levante, el club de su vida", dijo en la tele en plena euforia helena.


      Pues sí. Servidor quería que ganara Olympiakos. Por Mendílibar sobre todo. También por Quini y porque la Fiorentina saltó con camiseta "mu mamarracha", ¡a quién se le ocurre estos diseños tan horrorosos de los equipos! Parecía que iban sus jugadores de boda a una playa de Malibú. ¡La camiseta que vistió Antognoni, el chico que jugaba mirando a las estrellas!