Cueva de Santiuste
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Los muy ancianos de mi pueblo recuerdan mi nacimiento por ser el día de más nieve que se tiene noticia en la Demanda y hace unos años un cantaor de flamenco granadino me habló de un infierno de frío en Barcelona en los Reyes del 59. El caso es que nací aislado por un temporal siberiano a la salida del pueblo, junto a una cueva labrada por eremitas medievales y sospecho que las duras circunstancias y el frío paisaje de aquel 6 de enero han ido moldeando un escepticismo que en los últimos tiempos es ya de un galope desbocado.
Esa manía de no perdonar la visita a la Cartuja de Miraflores cada vez que me acerco a Burgos, estoy convencido de que pertenece a mi propia naturaleza y a la vista de la pesadumbre y aburrimiento que reparte la ignorante cazurrez de los virreyes, ministros y alguaciles españoles..., la añoranza de la cuna sobria y austera aumenta cada año que pasa.