jueves, 10 de diciembre de 2009

"LA HISTORIA NO TIENE MARCHA ATRÁS"

Alfonso X el Sabio


CONVERSACIÓN CON MANUEL GONZÁLEZ JIMÉNEZ
Historiador. Biógrafo de Alfonxo X


Por Alfredo Valenzuela

abcdesevilla.es
Domingo, 6 de Diciembre


-¿Existió la España de las tres culturas?

-Nunca. Hubo dos culturas, la islámica y la europea. Hubo tres religiones, tres culturas no, porque los judíos no tienen cultura propia, en Polonia son polacos y en América americanos.

-De Antonio Gala, por confundir a los andaluces con todos los pueblos que vivieron en este territorio, ha dicho usted que “no se pueden decir más falacias y disparates en menos palabras”...

-Es que Gala es reincidente, desde que en 1977 dio su famoso discurso en la Mezquita promocionado por el PSA de entonces.

-¿El crisol de pueblos, lenguas y culturas no se da en Andalucía hasta la Reconquista?

-De pueblos y de lenguas, sí. En Sevilla hubo vascos, gallegos, aragoneses, portugueses, ingleses y franceses. Cultural menos, porque todos eran europeos.

-Luego Blas Infante se equivocaba.

-Blas Infante nunca supo que la población islámica que permaneció en Andalucía al cabo de dos generaciones era absolutamente residual. En Andalucía había 400 familias moras en el año 1500, y casi un millón de habitantes.

-¿La vindicación sobre Andalucía de Ben Laden tiene base histórica?

-La misma que tendría si reclamase Grecia, que fue de los turcos. Es que para ciertos sectores del Islam Andalucía fue algo así como el Paraíso terrenal. Tenemos un buen clima, pero sin exagerar; hace mucho calor, hace frío y mucha sequía, o sea que no es el Paraíso, salvo que lo comparemos con el desierto de Gobi. Lo que sí produjo Andalucía fue una cantidad enorme de sabios y poetas, y en ella pervive una serie de edificios que fueron respetados por los cristianos. Del Bagdad califal no queda casi nada, Tamerlán no dejó piedra sobre piedra. En España hubo mucha tolerancia con los edificios.

-¿En la realidad social, económica, cultural y lingüística andaluza no hay nada del mundo árabe?

-Quedan, además de edificios, técnicas y aficiones culinarias, varios miles de palabras integradas en las diversas lenguas que se hablan en España, y poco más.

-¿Qué le parece la reivindicación islámica de Granada cada 2 de enero?

-Un disparate, es como si yo reivindico Alejandría o Túnez, que antes fue Cartago. La historia no tiene marcha atrás. Pedir perdón por conquistar Granada es como si los árabes piden perdón por haber conquistado Jerusalén. La historia es la historia, es decir, res gestae, y lo bueno de los hechos es que son hechos y son pasado.


George Borrow


-¿En la Transición hubo mucha desinformación histórica?

-Más que de desinformación, manipulación. El Estado de las Autonomías se ha montado, en buena medida, sobre una manipulación histórica. Todos obsesionados por el famoso hecho diferencial. Hay entre los españoles diferencias, pero somos básicamente iguales. Al único gallego que no entiendo es a Fraga, pero tampoco cuando habla español (Risas).

-¿Treinta años de autonomía han servido para...?

-En Andalucía, los historiadores no hemos calado en el profesorado de primaria, que, por razones que no alcanzo a entender, se ha convertido en una cadena transmisora de errores, como que hemos sido un pueblo oprimido o que nuestros antepasados eran los moros.

-¿Por qué no le gusta diferenciar entre Andalucía Oriental y Occidental?

-Mientras el Valle del Guadalquivir se denominaba Andalucía, el Reino de Granada conservó este nombre hasta la creación de las ocho provincias andaluzas. Hoy se habla de que Jaén pertenece a la Andalucía Oriental, pero no es así, ya que fue el primer territorio repoblado y conquistado. Nunca perteneció al Reino de Granada.

-¿Los viajeros románticos han causado más perjuicio que beneficio?

-Borrow, por ejemplo, tiene un cacao mental, y ve moros y gitanos por todas partes. Ford ve una Andalucía más mora que cristiana. De esta forma los andaluces hemos terminado incorporando esa imagen a nuestro propio imaginario y creyendo lo que otros nos han inventado.

-En el XIII se acuña el término Andalucía, ¿pero hasta cuándo no se puede hablar de Andalucía como se conoce hoy?

-La que conocemos hoy nace en 1833, como nombre y como circunscripción administrativa... Barcelona y Lisboa fueron Al-Andalus. Al-Andalus es una cosa y Andalucía es otra. Al-Andalus en 1492 era sólo Granada, y Andalucía era el territorio conquistado en el siglo XIII, y Andalucía nace de un proceso de conquista y repoblación que abarca todo ese siglo.

-¿Se postula como la bestia negra de los de los defensores de la Andalucía eterna?

-No quiero ser bestia negra de nadie. Actúo con la honestidad que se espera de un profesional de la Historia, que no puede ni debe cultivar el mito ni el engaño ni la manipulación... Por ello quisiera que a mis argumentos se contrapongan argumentos, no sentimientos o creencias.



Richard Ford


-¿Y la Alianza de Civilizaciones?

-Lo mismo que lo de las Culturas, un deseo político que está en contradicción con la realidad. En el futuro quizás sea posible esa alianza. Las alianzas se hacen de igual a igual, y nuestra civilización no es comparable con otra que todavía lapida a las mujeres.

-¿Por qué no fraguó el proyecto de universidad de Alfonso X en Sevilla?

-Pensó en crear un Estudio de Traductores, que podría haber sido el germen de una universidad, pero Sevilla era un sitio de negocios. Aparte de la Iglesia, Sevilla fue un sitio poco desarrollado culturalmente. Trajo médicos y físicos, para que lo cuidaran a él.

-Alfonso X no inició una tradición de políticos intelectuales, ¿verdad?

-Bueno, no, la Universidad en España ha producido muchos políticos, porque desde el XV los universitarios comienzan a sustituir a los nobles como consejeros reales. La Universidad era muy tradicional y las Academias, en el XVIII, surgen como una reacción contra la rutinaria docencia universitaria, porque, a ver, ¿qué Universidad del XVIII hablaba de los efectos de la electricidad en animales y plantas?

-¿Sufre leyendo novela histórica?

-Mucho. Conan Doyle tiene una muy bonita sobre la guerra civil entre Pedro I y Enrique II de Trastamara, La compañía blanca. Y me gustaron Los pilares de la Tierra, que no es una novela falsa, aunque la segunda parte es infumable, y El salón dorado, sobre El Cid y la Taifa de Zaragoza, de José Luis Corral.



Blas Infante