Ramos ad portas!
Manuel Matamoros
Pedro De Felipe fue un central lo suficientemente competente como para ganar la Copa de Europa vestido de blanco. Una cuenta que todavía tienen pendiente los dos que, mientras no vuelve Varane, juegan en el equipo titular del actual Real Madrid. El que fuera zaguero merengue a las órdenes de Miguel Muñoz, fue multado en su día por éste, por "no dar inmediatamente el balón a alguno de los que sabían jugarlo". La primera misión de un defensa, a día de hoy también, sigue siendo defender
En el fútbol inglés, el entrenador es el Jefe: ‘The Boss’. Debería haber dicho, sigue siendo. Cuando la figura del entrenador apareció, dudo que en algún fútbol no lo fuera. Leí hace poco a Simon Kuper, sobre las dificultades de Bobby Robson cuando, en 1990, pasó de dirigir la selección inglesa, a entrenar al PSV. Incapaz de adaptarse a un sistema, que nunca llegó a comprender del todo, en el que los jugadores querían tener voz y voto, se convirtió en el hazmerreír de la plantilla. Se ve que, en Eindhoven, en lugar del Boss, Robson debía ser ‘el Míster’.
(En alguna ocasión he escuchado a De Felipe contar como memorizó para los restos lo que quería de él Miguel Muñoz. Sucedió deprisa. Al abrir el sobre de su primer sueldo de titular, encontró una nota de descuento. Multa del entrenador. Confundido, fue a pedir explicaciones a Muñoz. Él no había llegado tarde a un entrenamiento, ni a una concentración, de aquéllas que el Madrid hacía en el Arcipreste, ni recordaba cualquier otra infracción. Muñoz sí se acordaba. “La multa -le explicó el entrenador- es para ayudarle a no olvidar su misión. Le dije bien clarito que, cuando recuperara un balón, se lo diera inmediatamente a alguno de los que saben jugarlo. Y que jamás cruzara con él la línea divisoria”. En su primer partido, Pedro De Felipe había cruzado la línea del centro del campo llevando el balón en los pies. Ya no sucedería más.)
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