Juan Tamariz
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Cristiano, Falcao, Messi…
Los extranjeros vienen a hacer goles a España, que sólo es extranjero para los españoles.
Desde Del Bosque, que es de Salamanca y defiende el derecho a la independencia de Cataluña, hasta Casillas, que es de Móstoles, el pueblo de Andrés Torrejón, y sale (¡Casillas saliendo!) a desmentir que la bandera española de su fachada sea suya.
El tiquitaca de la secesión española de fútbol, ese garbanzo yendo y viniendo en la boca de un viejo, lo mueve el Barcelona, con Xavi, el cerebro de España, por lengua (como doña Marina con Cortés) de Mas.
Desde las medias blancas de Arconada, con su gol de sobaquillo en París a chutín de Platini, no se había visto nada igual.
Platini es el Tartarín de Tarascón que ha colocado a su chiquillo en Qatar y a la colonia de Gibraltar en la Uefa de sus prestidigitaciones, donde a nadie admira que de un huevo cocido salgan tres pañuelos de seda o de un árbitro de Villar un número de Tamariz para el Madrid.
–Cada vez que voy a “Madrit”, vuelvo más independentista –lloriquea Gaspart, un pez gordo de la Federación Española para Asuntos Internacionales que en el 92 se tiró al Támesis en calzón color mandarina para celebrar un gol del Barcelona, buque insignia del secesionismo, con Puyol tuiteando “Wertgonya” contra Wert, el ministro que pretende que en Barcelona puedan estudiar en español los españoles que lo pidan, y con Messi disfrazado de Lévi-Strauss para el nuevo festín de Esopo en TV3.
A fin de calmar al “senyor” Gaspart, y que no recoja firmas para que Obama apoye un referéndum de secesión, en la Federación Madrileña, con el pretexto de su centenario, proponen un Madrid-Cataluña.
En el Bernabéu y con muchos goles del combinado ampurdanés.
España.