Apuntando
(Colección Look de Té)
Jorge Bustos
Bueno pues El País, necesitado de amortizar cuanto antes el ridículo que hizo por un tubo (o entubado), lo ha amortizado a lo grande, las cosas como son. No por nada el periódico de Prisa es el primer buzón global antipepero al que debe acudir cualquiera que tenga cuentas pendientes con Génova, porque ya saben ustedes que el origen de todo periodismo de investigación siempre se reduce al buzoneo de un despechado. Desvelar los nombres áulicos de la contabilidad siciliana de Bárcenas ha resultado exclusiva de alcance suficiente como para mover a Rajoy a convocar al Comité Ejecutivo Nacional, y eso es un logro asombroso tratándose de un hombre tan escrupulosamente fiel a su agenda que fue capaz de anunciar el rescate financiero en Moncloa por la mañana y marchar al fútbol a Polonia por la tarde.
Sin embargo, no ha nacido todavía calaña tan monstruosa de exclusiva que logre sacar al propio Rajoy a responder preguntas. En su lugar lo hacen –en una sutil operación política ya descrita en El Príncipe por Maquiavelo como “comerse el marrón”– normalmente dos mujeres: Soraya Sáenz de Santamaría o bien Dolores de Cospedal, que ahora entendemos por qué Rajoy, tras el congreso purgatorio de Valencia, acuñó en estos términos la naciente doctrina política del marianismo: “El marianismo es el centro, las mujeres, el diálogo y el futuro”.
Sin embargo, no ha nacido todavía calaña tan monstruosa de exclusiva que logre sacar al propio Rajoy a responder preguntas. En su lugar lo hacen –en una sutil operación política ya descrita en El Príncipe por Maquiavelo como “comerse el marrón”– normalmente dos mujeres: Soraya Sáenz de Santamaría o bien Dolores de Cospedal, que ahora entendemos por qué Rajoy, tras el congreso purgatorio de Valencia, acuñó en estos términos la naciente doctrina política del marianismo: “El marianismo es el centro, las mujeres, el diálogo y el futuro”.
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