miércoles, 30 de agosto de 2017

Sombrereros

Muerte entre las flores

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    España vende naciones igual que John Thompson, un amigo del Dr. Franklin, vendía sombreros.

    “John Thompson. Sombrerero. Hace y vende sombreros por dinero al contado”, más el dibujo de un sombrero, fue la primera inscripción que compuso el aprendiz de sombrerero para inaugurar su establecimiento. Así el título octavo, obra de aprendices del constitucionalismo, de la Constitución del 78, luego en manos de los arbitristas autonómicos como el cartel de Thompson en manos de sus amigos.

    –La palabra “sombrerero” –dijo uno– es tautológica al hallarse seguida de las palabras “hace sombreros”, que demuestran el hecho de ser un sombrerero.
    
Y retiró el término.
    
Otro dijo que la palabra “hace” estaba de más, pues a los clientes no les interesaba saber quién hacía los sombreros, sino si estos eran buenos.

    Y borró el término.

    Un tercero observó que las palabras “por dinero al contado” eran inútiles, pues no era costumbre del lugar vender a crédito: todos los compradores esperaban pagar.

    Y suprimió el término, quedando la inscripción en “John Thompson vende sombreros”.
    
“¡Vende sombreros!” –exclamó otro amigo–. Si nadie espera que los regales ¿de qué sirve tal palabra?

    Y la tachó. Tachó “vende”, y de paso, también tachó “sombreros”, al haber ya el dibujo de uno en el cartel. Con lo cual la inscripción quedó reducida en última instancia a “John Thompson” con la figura de un sombrero debajo.

    “España”, y debajo, la figura de Cataluña (con su "ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la república", obra de “botiguers” de la Rue del Percebe, como suvenir para los nostálgicos del 78).
   
En la América del Dr. Franklin que se alzó contra Inglaterra se prohibía a los súbditos, por una disposición aprobada por Carlos II, hacerse ellos mismos un sombrero con la piel obtenida en sus propias tierras.

    La grandeza de la generación del Dr. Franklin no fue hacer la Constitución federal del 87, sino reconocer su equivocación con la Constitución confederal del 76.