El amor en los tiempos del paro
(Colección Look de Té)
Jorge Bustos
Leo que se ha disparado el recurso a Internet para buscar pareja. No nos referimos ahora a páginas guarras, que en este país hay que explicarlo todo, sino a esos portales que llaman online dating y que se arrogan tanta seriedad que hasta son de pago. Para que luego digan que el amor está desprestigiado y que el sexo intrascendente lo inunda todo: por el segundo, en Internet, ya no paga nadie.
—A pesar de la crisis funcionamos mejor. Todo el mundo desea, y más en estos tiempos, tener a alguien a su lado —asegura a Beatriz Portalatín José Ruano, director general de Meetic España, reja digital de enamorado a la que acuden mensualmente casi dos millones de expectantes españoles.
Este Ruano no sabemos si guardará parentesco con César González-Ruano, el mayor escritor de periódicos de la historia de España, que nos advertía de una confusión fácil entre amor y deseo en el ABC de 1958:
—Tal vez el deseo pueda ser un prólogo lícito del Amor, pero no lleva al Amor fatalmente ni mucho menos. Lo que me parece que especifica mejor el amor es la constancia de una estimación mutua, de una ternura sostenida, de un gusto de soledad acompañada, de una preferencia que no desfallece y que se adapta a los años siendo necesidad de cada momento.
Quien lo probó lo sabe, dice Lope, que confundía a placer deseo y amor en su soneto. A uno le han afeado su conservadurismo para el noviazgo algunas amigas liberales y su inconstancia para el lío algunos amigos severos, y también al contrario, pero qué se le va a hacer. Nunca he tirado la caña al caladero internauta quizá por un prejuicio anacrónico que me convendría revisar, y también por un fundado temor a que me sirvan rabo por conejo. Mi librillo particular en estas lides se ha regido siempre por una única ley de hierro: las compañeras de trabajo, con las que trato de ligar no bien piso una oficina, sin perjuicio de bares y discotecas. Pese al sonoro refrán que desaconseja mezclar la olla con la... lírica, he trabajado este target toda mi vida, le debo grandes satisfacciones y no más problemas de los que se derivan indefectiblemente de toda relación entre un hombre y una mujer.
Por eso lo más terrible del paro es que sólo te queda Internet.
La Gaceta
Por eso lo más terrible del paro es que sólo te queda Internet.
La Gaceta