Francisco Javier Gómez Izquierdo
Uno de los momentos más emocionantes que un servidor haya vivido como aficionado al fútbol aconteció en un Córdoba-Valladolid de hace justo diez años. En junio del 2010. El Valladolid nos ganó en El Arcángel 3-4 y al acabar el partido estábamos en 2ªB. El entrenador pucelano, Marcos Alonso, recuerda siempre aquel momento porque se “le pusieron los vellos como escarpias” cuando, al unísono, una afición rendida ante el esfuerzo de sus jugadores ovacionó entre lágrimas y puesta en pie a un equipo derrotado por un cúmulo de adversidades imprevisibles. Inolvidable el desconsuelo televisado de Bernat y Cristián Álvarez e inolvidable el coraje que derrocharon futbolistas menores hasta convertirlos en héroes. Hace diez años se murió con honor. Hoy nos han enterrado porque manos miserables nos vacunaron la moribundez en agosto.
La derrota de hoy ante el Barça (o-8) era previsible, pero no que fuera de modo tan vergonzante. Que te metan ocho goles en feudo ajeno es afrentoso y en esta misma temporada así lo entendieron los jugadores del Sunderland que devolvieron el dinero a los 2.500 aficionados que fueron a verlos a Southampton por encajar los ocho goles que ha encajado Juan Carlos... pero que te los metan en tu propia casa es ya humillación superlativa. El colmo del despropósito es que a un servidor, por ejemplo, siendo abonado del club, le haya costado la broma cuarenta y siete euros con cincuenta. Y como el tierno infante también es abonado, otros cuarenta y siete con cincuenta. La charlotada me ha salido por un pico que demuestra que el fútbol cada temporada me vuelve más tonto.
Mi drogadicción balompédica no impide que pueda distinguir lo malo y lo peor y me pareció justo reclamar piedad al amo del Córdoba antes de jugar contra el Barça, porque no nos jugábamos nada y porque hemos padecido lo nuestro con su incapacidad manifiesta y la de ese Cordero que tiene en nómina. Al partido hemos ido los yonquis irrecuperables. Los que nunca faltamos. De los abonados (16.000), no han aparecido ni cinco mil, y de esos cinco mil , más de tres mil eran culés con entradas de socios blanquiverdes. La media entrada de El Arcángel era barcelonista y tuvo a bien corear el “González vete ya” en un gesto de solidaridad que uno no sabe ya cómo tomarse.
Es muy indecente lo que hace el amo del Córdoba y si tuviera una miaja de vergüenza nos devolvería la multa que nos ha puesto por ver al Barça, un equipo que no es el suyo. Hemos pagado por ver al Córdoba, ¿o no, señor González? Pues el Córdoba no se ha presentado en El Arcángel.
Por cierto, creo que Clos Gómez, como hoy, estuvo en el glorioso día del Valladolid y también pitó un penaty a favor visitante.
Por cierto, creo que Clos Gómez, como hoy, estuvo en el glorioso día del Valladolid y también pitó un penaty a favor visitante.