Francisco Javier Gómez Izquierdo
Toda la España de por encima de Despeñaperros anda escandalizada con el incidente del profesor de La Línea, a cuenta de ciertas explicaciones a sus alumnos sobre las bondades del frío de Trevélez para la curación de los jamones. Uno de los alumnos se sintió “agredido” y se lo dijo a su padre. Y éste al juez. Y el juez... y el juez ¿qué?. Pues que no ha dicho al papá las cuatro verdades que debe decir un juez ante tamaño disparate... Cosa que no me extraña nada. Pero nada, nada.
No sé si por ventura o desgracia, han llegado a mi conocimiento sentencias judiciales tan lejos del sentido común que miedo me da lo que entienda la Justicia en la tierra de los “espesiales”, y sin necesidad de apurar las causas, en el día a día hay ejemplos miles sobre la educada necedad del vulgo. Pongamos hoy, 21 de diciembre a media mañana:
-Un cura trinitario amigo mío da comida caliente junto a un manojo de hermanos y voluntarios seglares a los pobres de solemnidad (ahora llamados transeúntes). También es el capellán de la cárcel de Córdoba y cuando el Ayuntamiento pide presos para limpiar el graderío de El Arcángel o la zona de “peroles”, allá que van los trinitarios con sus coches para dar fe de la Colaboración entre la alcaldía e Instituciones Penitenciarias. Recogen a siete ú ocho penados y los tienen dos o tres horas atareados.
Como El Arcángel ha de estar presentable para hoy ante el Depor y la Copa de nuestro Rey, el capellán bajaba a tres internos -así se dice técnicamente a los presos- en su Clío a quitar las cáscaras de pipas y vaciar las papeleras del “estadio”. En esto que la Benemérita echa el alto y mi amigo, que gasta palabra cálida y tono bondadoso, da las explicaciones antes de que el número le haga preguntas.
-Ya, ya... pero el ocupante del asiento de atrás no tiene puesto el cinturón de seguridad.
-Entienda Vd. señor agente que...
De nada ha valido la sensatez del discurso del cura:
-Mi obligación es multarle. Son cien euros.
El disgusto del buen sacerdote puede que sea tan grande como la satisfacción de un anticlerical disfrazado de pikoleto... y es que no hemos de olvidar que fue en Almodóvar del Río donde un mal guardia civil pidió retirar la imagen de la Virgen del Pilar del Cuartel, secundado con mucho entusiasmo por las autoridades de la población. Como el progenitor de La Línea... hablaron con Su Señoría. Y Su Señoría admitió a trámite y midió el grado de agresión de la Pilarica hacia el tricorne.
Hago constar que al aspirante a talibán que pasee por Andalucía no le ha de faltar parroquia.