martes, 21 de diciembre de 2010

Martes, 21 de diciembre

SER

Entonces, en una floresta muy espesa y tenebrosa, cierto ser, soltando lentamente la garra de la rama de un árbol, donde había permanecido encaramado toda aquella mañana de largos siglos, se dejó escurrir sobre el tronco comido por la hiedra, posó las dos patas en el suelo, que el musgo ablandaba, se afirmó sobre ellas con denodada energía, y permaneció erguido, y extendió los brazos libres, y dio un recio paso, y sintió su desemejanza con la animalidad, ¡y concibió el deslumbrado pensamiento de que era, y verdaderamente fue! Dios, que le había amparado, en aquel instante le creó. Y vivo, con una vida superior, desprendido de la inconsciencia del árbol, Adán caminó hacia el Paraíso.
ADÁN Y EVA EN EL PARAÍSO / EÇA DE QUEIROZ

Ignacio Ruiz Quintano