miércoles, 16 de abril de 2025

Oleguer



Ignacio Ruiz Quintano



Abc Cultural


El mayor acontecimiento cultural del nuevo año es el Mundial de fútbol en Alemania, y España se juega tanto en ese envite que se ha puesto en manos del único sabio que conoce, el Sabio de Hortaleza [140.000 habitantes], quien ya ha cometido la cuquería de seleccionar para la defensa de ese desierto abisinio que es nuestro Combinado Autonómico de Fútbol a un “icono emblemático” del nacionalismo catalán, Oleguer, al que los radiofonistas duchos en dialectos llaman “Ulegué”. ¿Por qué?


Lo de decir “Ulegué”, porque es muy fácil; hablar o leer catalán, decía Pemán, es un hecho simplicísimo: “Se trata de beber un vaso de agua clara.” Ahora, lo de seleccionar a Oleguer, ya es otra cosa. La alegría de descubrir que poseemos el catalán todos los que podemos pronunciar sin equivocarnos “Ulegué” nos ayuda a meternos en la piel del Sabio de Hortaleza, que habrá visto en la cabeza del sombrío defensa central el bastión que España necesita para maniobrar en verano en el campo luterano.


Estamos, en efecto, ante una cabeza –cabeza de grande cabeceador– que, por sus proporciones, haría las delicias del doctor Robert, un mito de la ciencia catalanista que tomaba las medidas craneanas de su pueblo con un jaboncillo de sastre a fin de elaborar hipótesis sobre la superioridad racial para sus conferencias. La superioridad de la raza latina, o catalana, respecto de la raza semiafricana, o castellana. He ahí la teoría, si bien no exenta de enigmas, como el del alucinante parecido entre Sergio Ramos, defensa del Real Madrid, que es de Camas, Sevilla, y Begoña Lasagabaster, portavoz de Eusko Alkartasuna en el Congreso, que es de Irún, Guipúzcoa. A pesar de estos misterios, Rovira y Virgili apoyó la tesis del doctor Robert con un argumento redondo: “En la reunión de los payeses que acuden al mercado de Reus, por ejemplo, las caras nos recuerdan las que vemos en las esculturas y monedas romanas.” ¿En qué estatua hemos visto antes el perfil numismático de Oleguer, el hombre por quien España entera contuvo durante una semana la respiración en la incertidumbre de si acudiría al llamado del Sabio de Hortaleza?


Al final, Oleguer dijo sí a España, y con esto no dijo no a Cataluña. Todo lo contrario. Para un futbolista, un Mundial es, antes que nada, una “englantina de oro”, y lo anticatalán en Oleguer hubiera sido, en posesión de una habilidad semítica para el dinero, despreciarlo. Por otro lado, ¿Casanova no murió de viejo y gritando “¡Viva España!”?