sábado, 11 de febrero de 2012

La sentencia

-En contra de las declaraciones tan estentóreas del acusado, la sentencia no impide perseguir delitos, sino que establece las condiciones legales para su persecución.
En resumen: No tengo inconveniente en elevar a Garzón a los altares siempre que se reconozca que gracias a que su conducta ha sido declarado contraria a la ley, hoy soy un poco más libre.

En El Café de Ocata