lunes, 12 de octubre de 2015

De Benítez a Piqué



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El fútbol no es nada del otro mundo.

    La prueba de que el futbol no es nada del otro mundo es que puede estar en manos de futbolistas retirados, como Villar, un “ocho” torpe, o Platini, un “diez” cursi, sin que la esencia del negocio se resienta.

    En un mundo capitalista, Villar y Platini no valdrían ni para llevar el estuche del violín a los muchachos de “El quinteto de la muerte”, y, sin embargo, ahí están, acumulando quinquenios en la industria del esférico, como dicen los radiofonistas.

    Los dos, Villar y Platini, de gran vocación dinástica, tienen colocados a sus chiquillos en el ramo: Gorka, directivo de una cosa que se llama Conmebol, y Laurent, director de otra cosa que se llama Qatar Sports.

    Al cabo de cincuenta años dándole a la sopa boba del fútbol, Villar dice “fulbo”, y Platini, “futebol”, en lo cual algunos chinches yanquis denuncian visos de corrupción, mas no hay tal. En las socialdemocracias europeas prima la doctrina que Felipe González aplica a Pujol, que en ningún caso sería un caballero encartado en un proceso de corrupción, sino un señor metido en “una operación de cobertura hacia los que tiene debajo”, es decir, los churumbeles.

    Villar y Platini odian al Real Madrid, lo que nos da una idea de lo que les gusta el fútbol.
   
Platini y Villar le han dado un Mundial a Qatar, cuyo deporte nacional son las carreras de camellos, que cubre Roures, el basilisco marxiano de “La Sexta”. Y en los ratos libres, Villar regenta ese Combinado Autonómico que con el marqués de Del Bosque, que también odia al Real Madrid, camina francamente, con el marqués el primero, hacia el Chiringuito Federal, con Piqué de capitán.
   
El Chiringuito Federal es un conglomerado de futbolistas y sacamuelas consagrados a sacarle al público dinero y aplausos, por este orden. Si surge un pito, se manda a parar, como en Cuba cuando llegó el comandante que cantaba el coñazo de Carlos Puebla.
   
El Chiringuito Federal tiene su Cuerpo en Madrid, pero su Espíritu está en Barcelona. No puede jugar en Madrid porque pitarían a Piqué, y tampoco en Barcelona, porque pitarían a los otros diez. Juega, pues, en provincias, donde también pitan, pero menos, a Piqué, que un día se hizo unas risas con la pitada (organizada) al himno de España.

    Para el entorno del Chiringuito Federal el abucheo al himno de España constituye libertad de expresión, pero los pititos a Piqué suponen un motivo, y muy serio, de indignación. ¡Ni Cazorlita esconde su preocupación! Piqué, pues, se erige en falsa víctima, papel que, como activista del separatismo catalán, le viene como anillo al dedo.

    Frente a la falsa víctima que es Piqué, la víctima verdadera que es Benítez, acusado de “amarrategui” por los Manganesos de la Polvorosa por el partido del Manzanares, donde, defender, lo que se llama defender, sólo defendieron, entre los obligados a hacerlo, Queylor y Casemiro. Al parecer, que Cristiano, Benzemá, Isco y Kroos fueran incapaces de crear una ocasión de gol moviéndose entre los erizos checos que en el centro del campo acostumbra desplegar Simeone es responsabilidad del entrenador, que no les dijo hacia qué portería debían tirar.

    En serio, el fútbol no es nada del otro mundo. Ése es su éxito.


Pacojemez

BAILANDO CON PACOJÉMEZ
    Quien haya visto el despacho de Del Bosque en la Federación, copia del de otro Vicente, Vincent Price, en “La comedia de los horrores”, de Tourneur,  entenderá que el delfín del marqués sea Guardiola, que es quien se ha apropiado del “copyright” del tiquitaca (la corteza dando vueltas en la boca del viejo) inventado por Zapatones. Pero por si “la Roja” le produjera rubefacción al Tom Paine de Sampedor, el departamento de márketing y glamour del Chiringuito Federal propone a Pacojémez para estirar el chicle del tuya-mía que el periodismo nos pinta como si fuera la creación de Adán (dedo por dedo) en el techo de la Sixtina.

Tuya.mía