miércoles, 12 de septiembre de 2012

Tod y Toby


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Para detener la deriva secesionista, la generación Disney que nos gobierna tiene en la cabeza la historia de Tod, el zorrito travieso, y Toby, el perro cazarito, que por circunstancias de la vida se hacen amigos inseparables sin saber que por su naturaleza deberían ser enemigos.

    Los Tod y Toby de la Diada son Íker y Xavi, que es el pulso nacionalista en esta hora descentralizadora de España, a la que se sumó TVE contraprogramando a Rajoy con la versión catalana (garantía de españolada) de una Isabel la Católica que no se pone la camisa, en contra de la leyenda urbana según la cual no se la quitaba.

    Para este quita y pon, mejor que Jenner nos había venido, no ya Olvido, que excede a la idea paisana de la castellanidad, sino Aido, con experiencia de Poder y ese conocimiento que un día, siendo ministra, la llevó a decir: “Abortar es como ponerse tetas”; lo cual le valió una mamandurria de seis dígitos en la Onu y una solución habitacional en el exclusivo barrio neoyorquino de Tribeca, cerca de John John Kennedy y lejos de Javier Krahe.
    
Nuestro centralismo, fórmula de grandeza de Roma, Francia y España, es un empeño de la reina castellana, hija, por cierto, de portuguesa, ¡como Mourinho!, pero de la que TVE no sabe que en Barcelona formó el firme propósito de no volver a los toros, antes, ya ven, de los cuvillos y el Juli.
    
En la plenitud nacional de Barcelona, Mas es Miss (Miss Alabama respondiendo a “si usted pudiera vivir para siempre, ¿lo haría y por qué?”):

    –Yo no viviría para siempre, porque no debemos vivir para siempre, porque, si se supusiera que debiéramos vivir para siempre, entonces viviríamos para siempre, pero no podemos vivir para siempre, que es por lo cual yo no viviría para siempre.