Oliver Torres
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Como quiera que todos los analistas futbolísticos habían previsto la caída del imperio español y ya lucen las guillotinas cortapescuezos, permítanme que dude de la necesidad de ciertas urgencias en dos plantillas que me parecen harto solventes sin perjuicio de precisar algún baluarte defensivo el Barça y unas paladas de compromiso el Madrid. Es posible que no esté de más plantearse la manera de jugar en las inmediatas ligas que se avecinan , en vista de la prejubilación de los Chavis, dos baterías casi agotadas, pero sería descorazonador que nuevos ingenieros intentaran derribar lo bien construido.
Parece evidente que nuestros dos aristocráticos equipos han llegado justitos de fuerzas al final de la temporada, más el Barça que el Madrid, pero aún así, siguen siendo dos de los tres mejores equipos del mundo, y excluyo al Borussia por mucho que incomode. Se achaca ahora a falta de planificación los innecesarios trabajos menores que realizaron Messi y Cristiano a favor de sus parcialidades, pero aquellas chiquilladas otoñales llenaron de elogios muchas portadas y alargaron un duelo que no ha resultado ser eterno ¿o sí? Nunca me pareció bien tanta exuberancia goleadora ante los débiles, pero peor me parece que el reproche venga de los que la alentaban.
Parece evidente que nuestros dos aristocráticos equipos han llegado justitos de fuerzas al final de la temporada, más el Barça que el Madrid, pero aún así, siguen siendo dos de los tres mejores equipos del mundo, y excluyo al Borussia por mucho que incomode. Se achaca ahora a falta de planificación los innecesarios trabajos menores que realizaron Messi y Cristiano a favor de sus parcialidades, pero aquellas chiquilladas otoñales llenaron de elogios muchas portadas y alargaron un duelo que no ha resultado ser eterno ¿o sí? Nunca me pareció bien tanta exuberancia goleadora ante los débiles, pero peor me parece que el reproche venga de los que la alentaban.
Doctores y técnicos tienen ambos clubs para no dejarse intimidar por este fútbol alemán que no desfallece en la tarea de disciplinar artistas, porque no me negarán que Robben, un poner, no parecía un ingobernable cuando corría por aquí. Robben en el Bernabéu tenía maneras de forajido refractario a las tareas comunitarias, chospando con el botín. En el Bayern, salta al campo controlado por un termostato inteligente, que le ordena parar, mirar y asustar. En el Madrid parece imposible que cuaje esa disciplina incondicional tan arraigada entre germanos. Y por no meterme en terreno de díscolos, miremos a Di María, el Robben merengue, para constatar la semejante habilidad de ambos, pero mientras al Fideo se la medimos a ojo, el holandés aprieta el cronómetro para que veamos que no nos engaña.
La humillación del Barça ha borrado las virtudes y bienaventuranzas del universo azulgrana hasta tomar los siete goles como si fueran los siete pecados capitales del fútbol, en un desquiciamiento periodístico que quiere descubrir el Mediterráneo. El Barça necesita defensas, es verdad..., pero el problema culé es la pérdida de fuelle para defender en campo ajeno, auténtica clave de su poderío (nadie en la presión como Eto’o).... y los achaques de Xavi. Thiago parecía, pero va a ser que no, y Sergi Roberto me da que tampoco. Xisco pudiera ser, pero he oído cosas.... El relevo de Xavi es Oliver Torres y Zubizarreta haría lo que debe si arriesgase en su contratación. El problema es la paciencia. Esa virtud que reclama el presidente de un país en la que nunca la ha habido y que al parecer sobra a los alemanes.