Cuando a Julio Camba, ya al final de su inalcanzable carrera, le comunicaron que le habían concedido un sillón en la Real Academia, el genio lo rechazó arguyendo:
—¿Para qué quiero yo un sillón cuando lo que necesito es un piso? Y eso no me lo van a dar ustedes...
Y es que Camba se hospedó en el Palace, habitación 383, desde 1949 hasta su muerte en febrero de 1962. Con esta anécdota en la cabeza y un malvado tuit de un amigo –“Dales la enhorabuena por haber aceptado la voz ‘almóndiga”– se dirigía ayer uno a la Docta Casa, en donde se presentaba el tercer fasciculillo de la nueva gramática borgiana que están preparando los académicos. Ya se habían publicado la Morfología y la Sintaxis y ahora tocaba el tomazo de Fonética y Fonología, que resulta demasiado ancho para calzar mesas y demasiado pesado para emplearlo de arma arrojadiza, así que no hay más remedio que leerlo. Estas Navidades la RAE lanzará la trilogía gramatical completa al módico precio de 159 euros –más o menos lo que una serie íntegra de la HBO–, sin especificar si premiarán a los cien primeros compradores con una carretilla de aluminio para transportar ese Mato Grosso encuadernado. Ahí tienen los flamantes diputados un regalo intencionado que regalar al adversario.
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