miércoles, 16 de junio de 2021

Moratas

Marcus Berg, el Morata sueco

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo
       
     Todos estamos de acuerdo en que cada cual ve el fútbol a su particular manera. Es común opinión que Morata falla muchos goles claros, cae fácilmente en fuera de juego, estropea jugadas por precipitación y que es posible que Gerard Moreno esté más en sazón al final de esta primavera que el delantero titular de Luis Enrique... pero convendrán conmigo que el gol es cuestión de rachas y que si Morata hubiera anotado de rebote y sin querer uno de esos goles a la remanguillé que vale tres puntos, sus enterradores estarían cantando hosannas y seguirían sin reparar en el peligro con que nos llegan los rivales en las escasas ocasiones que concedemos. Sí, son pocas pero no sabemos impedir que sean mortales. 

Llama más la atención, a un servidor al menos, los agujeros que se descubren tras una pérdida más que posible por lo que mareamos el balón en el centro del campo y lo descolocados que parecemos cuando vemos volver desesperados a Jordi Álba o Llorente, que los fallos de Morata. Los locutores hablaban de compromiso defensivo, sacrificio y ayudas de los de arriba que son virtudes visibles, pero el fútbol de alto nivel no deja de ser un juego que lo puede decidir un exceso de confianza o un despiste defensivo por no vigilar la espalda y en un descampado insólito se nos aparece de repente cualquier Isak para que apretemos el culo en el sofá.


      A mi parecer los dos entrenadores que en esta Eurocopa han montado sus equipos desde una firmeza defensiva que les traerá victorias seguras son Mancini y Deschamps. Francia, la más temible por lo compacto y fiable de su planteamiento intimida con Mbappé, Griezman, Benzemá o Dembelé, la delantera más pinturera de la Eurocopa, pero como de verdad te va matando minuto a minuto es con ése  Kanté del que todo lo que se diga de bueno es poco y... Pogba, al que da gusto ver con su selección como desespera a los clubes que tan generosamente le pagan. El Pogba que siempre ha querido Zidane es el de los bleus, pero me da que en el Madrid hubiera sido el de la Juventus o el Manchester.
     

El aficionado suele fijarse mucho en los fallos de los porteros primero y luego en los de los delanteros y así todos los países tienen sus Moratas y sus De Geas particulares. El austríaco Patrick Schick lleva recibidos tantos palos como Morata y viene el tío y se fabrica un maravilloso monumento al gol para escarnio de sus críticos. Alemania tiene en Werner el sosias rubio de Morata. Francia nos parece que nunca padecerá con sus delanteros pero tuvo que ser el defensa Lucas Hernández quien resolviera el partido más interesante del torneo con la inestimable colaboración de Hummels, al que un servidor creía retirado de la selección. El gol puede llegar de cualquier manera pero para evitarlo hay que trabajar a conciencia.
      

Marcus Berg, el Morata sueco al que su afición pide fusilamiento inmediato por fallar oportunidad mucho mas frustrante que la de nuestro jugador, seguro que no cavila tanto como Morata y los españoles ante el gol que no fue. A mi modesto parecer el problema de Morata es que "s'emparanolla", como dicen los presos en sus paseos carcelarios y aún tiene dando vueltas en la mollera el balón al larguero en el amistoso contra Portugal. Morata necesita un gol y es posible que lo consiga mejor en compañía de otro, Gerard Moreno, que a solas. Entre otras cosas porque es conveniente repartir responsabilidades. Sobre todo entre gentes de moral frágil. Hago constar que confío en la selección. Jugar, jugar... ninguna ha jugado como España en la Primera parte. Si acaso Bélgica y Francia. Pero quedamos en que Francia es la excelencia.