Manuel Jabois
Todo en el Madrid es mcguffin salvo el amor. Gina tiene en su antebrazo un tatuaje que dice «La Saeta Rubia» y que cabreaba a Di Stéfano hasta que un día la emplazó, tierno, a enseñarlo. El viejo, como el Madrid y como Drácula, ha cruzado océanos de tiempo para agarrar de la cintura a una jovencita y pasar de sus hijos, que encarnan el señorío; señorío es decirle a tu padre con quién se tiene que casar. Pueden verse las sombras de Mou, Florentino y Di Stefano moviéndose por su cuenta en la pared; esa boda hay que celebrarla en Cibeles.