jueves, 12 de agosto de 2010

Las cosas de Gijón

Autorizado perros sueltos

Plaza bien agradable, la de El Bibio. La marquesa -nuestra marquesa- con flor amarilla en el ojal. Tres cuartos de entrada. Precios de ópera. Tonto madrileño con balcones a la calle en el tendido: ensarta tópicos como los de Villarcayo los chorizos. Acusa al Cid de no matar más que juanpedros. El Cid está en Cid, y eso incluye la izquierda soberbia y la espada blandiblú. La crítica greñuda asoma por un balconcillo, acezante. Talavante hace cosas de mucho mérito en su segundo, sin eco popular. Luque, que tiene más trazas de motero que de torero, es la demagogia pasada por un apoderado con despacho: es muy malo (el torero, no el apoderado), y el público le da las dos orejas porque es la única manera que tiene el público de darle puerta.

-¡Luque, puerta!

Y con Luque salimos todos.

(Recuerdos de Pirri para José Ramón.)

¿?

Ansiedad taurina

Puerta de cuadrillas

Sol asturiano

Real, Tomás y Macarena

El Cid, Talavante y Luque

La feble espada de El Cid

La brumosa puerta de Luque