-Victoriano de la Serna fue un torero desigual. ¡Ay! Cómo echamos de menos en estos tiempos a un torero desigual, ahora que todos son tan iguales; que todos, o casi todos, cortan orejas, casi todas o todas las tardes; y sobre todo que las cortan con la misma faena, faenas de cinta magnetofónica que se repiten hasta el infinito.
Antonio Díaz Cañabate, 1950
-Hace más de diecisiete años yo daba un pase "de frente por detrás", pasándome al toro por delante, y luego giraba, peinándole el lomo al toro, que al revolverse quedaba frente a mi nuevamente. Es decir, era un conjunto de tres fases distintas, armonizadas en una sola: primera, la de frente por detrás; segunda, al dar salida al toro resultaba un pase por alto, y tercera, un giro de molinete. Todo esto con arte de inspiración, que es solamente cuando resultan las cosas importantes. El inventor de esto que llaman ahora "manoletina", creo yo que debió ser "Llapisera", que, dicho sea de paso, ha sido un gran artista en su género. A mí me pasa con este "pase" un poco lo que le sucedía al descubridor de la dinamita: es tal la repulsa que me produce, que me gustaría instituir un premio para el torero que al final de la temporada no hubiera dado ninguno.
Victoriano de la Serna, 1950
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J. R. M.