Ignacio Ruiz Quintano
Gracias al discurso de Zapatero en la Onu, unos cinco millones de parados españoles han entendido el mensaje del ingenioso ex ministro Solchaga, que dijo que su situación (la de los parados) no es tan dramática: España -ha dicho Zapatero en la Onu- renuncia al arma nuclear.
Sin esa arma, ¿cómo saldremos de la crisis?
Según Zapatero, de la mano de las mujeres.
Para empezar, tres mujeres -esposa y dos chiquillas góticas-, vestidas de riguroso luto (negro del Felipe II solitario, triste y final, que firmaba Yo, la muerte), quién sabe si por la economía española, se ha llevado a Nueva York. Antes, a Londres, para las rebajas de Harrods, ya se había llevado a la suegra. Con lo que cuesta un arma nuclear, ¿cuántos pasajes de avión para señoras se pueden comprar?
Ista, ista, ista, / Zapatero feminista,
retozan en la calle las viragos pimpantes, para quienes los fascistas
son los otros, los falócratas, síntesis de la virilidad (¿Berlusconi?) de que son víctimas mujeres y homosexuales.
La renuncia del Justiciero de las Mujeres al arma nuclear suena a primer vagido de la paz para el mundo, que llevaba sin pegar ojo desde que el comisario polaco Oscar Lange denunciara en la Onu que España, con ayuda de técnicos alemanes, fabricaba bombas atómicas en las cercanías de Ocaña, Toledo.
Consejo de Gómez Dávila para no vivir deprimido en medio de tanta opinión idiota: recordar en todo instante que las cosas obviamente son lo que son, opine el mundo lo que opine.
[Publicado el 25 de Septiembre de 2009]