sábado, 9 de marzo de 2013

Demandas

John Wayne siempre volvía

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    La Generalidad de Cataluña juega al tiquitaca abogadil buscando el hueco para demandar al Ibarra extremeño que comparó al “señor” Mas con Hitler y Mussolini, “los dos mariconazos”, que dijo Miguel Hernández:
    
Dormitorios de niños españoles: zarpazos / de inocencia que arrojan de Madrid, de Valencia, / a Mussolini, a Hitler, los dos mariconazos, / la vida que destruyen manchados de inocencia

    Si el cine americano es, según Ford, ver caminar a Henri Fonda, la democracia española empieza a ser oír hablar a Rodríguez Ibarra, que tampoco ha dicho nada del otro mundo: lo que él, un culé de Mérida, dice del “senyor” Mas, lo dicen de Mourinho los todólogos del periodismo todos los días.

    Mourinho es el fordismo del fútbol.

    –John Ford no era un cabrón, pero sí un hombre muy difícil. El propio John Wayne, que le aguantó lo indecible, siempre volvía con él. ¿Por qué? Porque ningún otro director le planteaba retos como Ford. Todos volvían con él. No porque fuera simpático, sino porque, si eras actor, con Ford estabas seguro de hacer un buen trabajo.
    
Así le ha explicado a Toni García el fordismo un Pulitzer del “Post”, Glenn Frankel, en un libro sobre “Centauros del desierto”.

    Pero es el Día de la Mujer y a Justin Bieber le ha dado un vahído en un concierto.
    
Quiero decir que, en nuestra socialdemocracia pipera, héroes patrios como Xavi y Casillas tienen que ver más con Justin Bieber que con Ethan Edwards.
    
De ahí ese gesto tan “Sálvame” de la Generalidad contra Rodríguez Ibarra, con un tal “senyor” Homs en el papel de Sandoval:
    
¡Está usted demandada, señorita!
    
“Señorita fácil” llamó una vez Tomás Gómez a la jefa de la oposición en Parla, ofensa más sicalíptica que la de “ano hambriento” de Miguel Hernández a Gil Robles, pero menos política que la de “hombres poco hechos” de Pujol a los andaluces.

    –Por poco indicio que haya, actuaremos –promete el tal “senyor” Homs, que ve en Rodríguez Ibarra… un “desvarío”.