-Sostiene Philip Rieff que Freud ha sido el teórico de la cultura más perspicaz del siglo XX porque poseía la mente de un diplomático, no la de un predicador. A diferencia de Marx, Freud habría carecido de un temperamento religioso. Por eso no prometía ninguna salvación. Era algo sí como un político de la interioridad, que buscaba los consensos posibles del alma humana, no su transformación. No vendía esperanzas. Ni tan siquiera la falsa esperanza de la revolución sexual, que algunas personas mal informadas han vinculado a su nombre. Es la figura opuesta al optimismo progresista de Dewey. Freud sabía que los instintos ponen una barrera eterna a los sueños liberadores de la humanidad y que ninguna organización social será capaz de alterar la naturaleza humana...
En El Café de Ocata
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