Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Nos reíamos de Franco (el gallego de Puebla del Brollón, no el otro, el de Ferrol) porque dijo, mientras planchaba oreja, que haría de Madrid una Nación. ¡La Nación de los Timoteos!
–De puro chulo, me llamo Timoteo –dijo un chulo que, de puro chulo, llevaba los calcetines almidonados.
A reírnos de lo de Franco ayudaba que él, al hablar, ponía cara de cabracho, y ahora, por Hughes, que vive atado a la tele como Alex el de “La naranja mecánica” y que ha visto por Telemadrid los fastos de Estado del Dos de Mayo en la Puerta del Sol, me entero de que la Nación soñada por Franco va que chuta.
–Hemos hecho la tarta y ahora hay que poner la guinda –decía Ancelotti antes del City.
Bueno, pues el 78 hizo la tarta y Madrid pone la guinda al Estado Compuesto (?) que promueven Enrique López, el Hamilton de Cacabelos, y Juan José González, el Madison de Ávila, con la supervisión jurídica de Bolaños, el James Kent del arroyo Luche, afluente del Manzanares. Lo resumió en su día el hombre de la Junta Democrática:
–La crisis del Estado imperial, la del 98, impulsó el independentismo catalán y vasco. La crisis del Estado monárquico, la del 31, fundó la República de los estatutos. Y la crisis del Estado dictatorial, la del 75, ha dado lugar a la nueva monarquía de las autonomías.
La Santa Transición sólo podía darse en un país de teólogos que no se callan (de ahí el “silete theologi!” de Gentili), y Ayuso lo llama “el éxito político más importante que nos hemos dado”, glosado por Agustín García Calvo en su himno de Madrid: “Cada cual quiere ser cada una; / no voy a ser menos: / ¡Madrid, uno, libre, redondo, / autónomo, entero!”.
Ni “Región Metropolitana”, el sueño del demógrafo Leguina, ni “Centro del Estado”, el sueño del jurista Gallardón (Cortés, su gemólogo, lo cristalizó en “Madrid Región Capital”). Madrid es una… Nación, a falta sólo de Banco (el PP arruinó el del padre Piquer) y Lengua (podría cambiarse la Oficina del Español de Cantó por “El Tocho Cheli” de Ramoncín).
Mayo, 2022