martes, 18 de marzo de 2025

El apagón europeo


Edward Grey

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Los apagones son la señal de llegada del socialismo, última estación del liberalismo, aunque aquí vivimos entre orates que por dislexia han hecho el recorrido inverso y terminan papando moscas en el sanatorio del alienista doctor Esquerdo, cuyo patio es el funesto Estado de Partidos “que con tanto trabajo nos dimos todos”.


Lector: es mucho más triste un manicomio que un cementerio –avisó el Caballero Audaz.


La patocracia europea (consumación de la de la Urss descrita por Bukowski) nos ha envilecido a todos (doma social) con un tuit-regüeldo de la UE sobre las matanzas del nuevo gobierno sirio (el nuestro): “La Unión Europea condena enérgicamente los recientes ataques, aparentemente cometidos por elementos pro-Assad, contra las fuerzas del Gobierno provisional en las zonas costeras de Siria y toda violencia contra civiles”. Esta ignominia es un apagón moral que nos desacredita como especie.


¿Qué tenemos aquí, bárbaros o mandarines? En su brillante análisis del trumpismo rampante, Curtis Yarvin nos da una pista para distinguir a los de allá que vale para los de acá: “Cuando los bárbaros entran en la catedral, deambulan por la nave, rompen joyas de las cruces, se visten con los hábitos sagrados y asan una cabra en el altar mayor. Cuando los mandarines entran en la catedral, todos se convierten en cardenales y luego se concentran en reformar la misa y en conseguir que sus sobrinos obtengan prácticas de monaguillo”.


En el 15, Assad le parecía a Trump “mejor que los del otro lado”: “Parece que a Rusia le gusta Assad. Bueno, que ellos den esa pelea”. ¡La colusión rusa! Producto, al fin y al cabo, de la Guerra Fría, la UE, para vivir, necesitaba de un enemigo, y que ese enemigo fuera Rusia, para que de su defensa se ocupara el Amigo Americano. El pánico europeo a Trump no es a que nos ponga aranceles, sino a que nos quite el temor a Rusia y el chiringuito entero se venga abajo. De Metternich tenemos a Kaja, que es un Dexter con apagón intelectual que pide, entre risas, derrotar a Rusia “porque podrá ser partida en pequeños países”. De Sacarino para todo tenemos a Macron, que sale en TV a declarar la guerra a Rusia y todavía no ha recibido contestación, el hombre. Y de Tom Paine en Siria tenemos a Abu Mohamed, que ante la barbarie desatada contra los cristianos ha pedido a sus chacineros que se abstengan, no de las matanzas, sino de difundirlas por el móvil, es decir, un apagón informativo al estilo de nuestro pierrot Thierry Breton. Las firmas de las órdenes ejecutivas de Biden eran falsas, pero al rumano Georgescu le faltaba una firma en los papeles para ser presidente del país que quiere conquistar Rusia para acabar con las elecciones.


Las luces de Europa se apagan. ¡Sabe Dios cuándo volverán a encenderse! –comentó sir Edward Grey, titular del Foreing Office, la fatídica noche del 4 de agosto del 14 (la del suicidio de Europa), cuando expiró el ultimátum de Inglaterra a Alemania sobre Bélgica.


[Martes, 11 de Marzo]