domingo, 1 de mayo de 2011

José, Juan... y Julián

José....

...Juan...

...y Julián

José Ramón Márquez

Se suele decir por ahí que detrás de cada gran hombre siempre hay una gran mujer y una esposa. En el caso de July I, rey de Sevilla, esto se cumple a la perfección.

Una esposa abnegada, de los Domecq de Sevilla, que abre a los López de Velilla las puertas de la buena sociedad y rinde la sombra a sus pies.

Una gran mujer, la presidenta pelirroja que entiende los anhelos del torero y en dos comparecencias seguidas le pone en su saco cinco orejas, para conjurar la alevosa racha de robos de que era víctima el Importancias del Baratillo, para que el Principito pueda abrir a cabezazos la puerta que desde ahora es la Puerta del Principito. La Operación Sevilla ha quedado cumplida con éxito deslumbrante. Con esa forma de torear, con esa forma de matar, sin haber dado un solo natural a su segundo, el Niño Eterno se zampó de merendilla la Puerta del Príncipe de Beukelaer, franqueada por dos galletitas pintadas de rojo inglés.

¿No va a decir nada Paco Camino esta vez? ¿Será en esta ocasión tan macho como para devolver sus orejas?