jueves, 31 de octubre de 2024

Chirac



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


El presidente Rodríguez cuenta a quien lo quiere oír que el político internacional que más favorablemente lo ha impresionado es Chirac. No es para menos. Nunca olvidaremos ese retrato de Rodríguez buscando con la mirada en el cielo el birlibirloque que le señala el dedo índice de Chirac, presidente del país de los intelectuales, al que le han escrito un libro para que diga que a América la descubrieron los vikingos. 


Nunca he sentido admiración por las hordas llegadas a América para destruirla –declara el presidente del país de Jean Florin, el abuelo chiraqués que en las Azores se hizo con el tesoro de Moctezuma que Cortés había enviado al Rey de España.


¿Cómo puede ser tan tonto el presidente del país de los intelectuales que viene de bombardear hasta su aniquilación a la Fuerza Aérea de Costa de Marfil? Pues porque a tantos intelectuales sólo puede mandarles un analfabeto. En la República Francesa, Chirac es aquel rey que creía ir vestido de una tela que no podían ver los tontos, pero con buena mano para el mal, a fin de evitar que cualquier niño, apuntándole con un dedito sucio, denuncie su total y ridícula desnudez, arruinándole su prestigio.


No fue Colón quien descubrió América. Fueron los vikingos –insiste.


Pero él es de los que, ya que no pueden forzar a los americanos a llevar en primer término el mote de francos, los anima a posponerse el mote de latinos. Latinismo: un alcahuete de Francia. Nuestros costumbristas sabían que el latinismo francés nunca ha querido decir otra cosa que “modas de París”:


Quiere decir literatura francesa, vinos franceses, sombreros franceses, menús franceses, oratoria, filosofía y educación francesas.


Pobre Chirac desnudo, metido a tutor de los españoles, hermanos pequeños de la “raza latina”, cuando el único documento en latín que llevaron con Colón a América era una carta de los Reyes Católicos para el Gran Khan, que no fue entregada por falta de destinatario. El propio Colón se lo explicó a Foxá:


Sobre mí han dicho tantas cosas en las fiestas de la Raza... Para unos soy judío; para otros, portugués. En mi estatua de Barcelona estoy señalando con un dedo al Mediterráneo. Diga usted que nací en América. ¿Las carabelas? De construcción francesa. ¿Los tripulantes? Blancos, algo vago. El grumete diga que era antepasado del presidente Auriol, que eso hará muy buen efecto entre los intelectuales. ¿La reina Isabel? Silencio. ¡Una reina! Y castellana, y reaccionaria, y católica. No; no hable de ella. ¡Ah, si pudiéramos decir que los navíos fueron armados por una república laica, con créditos votados en el Parlamento y ante una iniciativa de la minoría socialista! Le aseguro que no hemos tenido suerte. 

Jueves, 31 de Octubre

 


Valle de Esteban

Félido entejerado

miércoles, 30 de octubre de 2024

Chikilicuatre



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


De la fusión de democracia (gente que vota y paga impuestos) y cultura (gente que cobra impuestos y vota) sale Chikilicuatre, corona del Siglo de Oro que nos estamos dando en España. Steiner diría que esto es el “fascismo de la vulgaridad”, pero ¿quién es Steiner, al lado de Molina, el ministro del ramo cultural?


Ganar dinero e inundar nuestras vidas de unos bienes materiales cada vez más trivializados es una pasión profundamente vulgar, que nos deja vacíos –dice Steiner.


Sí, sí. El vacío esencial, la falta de sentido, “le manque d’être”...


Cuando se hace memoria de todo lo que a nosotros nos resultaba próximo y evidente durante las décadas de los años sesenta y setenta, y de cuántos espacios abiertos se anunciaban entonces, no podemos menos de considerar nuestra actualidad, desde un punto de vista subjetivo, como una situación única de embotamiento: nueva vulgaridad en el ámbito de lo social, nueva escolástica en lo teórico, embrutecimiento en los medios de comunicación, resentimiento entre los más viejos, ambición entre los más jóvenes... Una época, en suma, carente de espíritu –dice Sloterdijk.


Es lo que Chikilicuatre llama bailar el chiki, chiki. Sloterdijk y Steiner están bien, pero a la hora de pedir dinero de bolsillo los cultos no tiran de la chaqueta de Steiner o de Sloterdijk, sino de la de Molina, que es lo que ha hecho Marset, que tiene nombre de portero de balonmano, pero que dirige el Instituto de Artes Escénicas y que ha pedido una mejora salarial al ministro como “gesto de gran trascendencia en el mundo de la cultura”.


¿Y el canon? –pregunta el pueblo, que anda en la TV de tertulia, en lugar de estar en la carretera echando alquitrán.


El canon, como tiene dicho el ministro, es el derecho a que los intelectuales cobren por su trabajo, como lo hacen los médicos.


¿Los médicos? Que uno sepa, el Ministerio de la Salud todavía no cobra dos euros de más por cada loncha de panceta en previsión de que, dado el elevadísimo índice de colesterol de la panceta, quien se la coma acabará en al ambulatorio, aunque todo podría andarse, teniendo de ministro del ramo a ese zapato impar que es Don Bernat.


Se necesitaba el advenimiento del reino de los abogados, siglo diecinueve, para que se colocaran estacadas y cotos en el dominio del espíritu –dice Julio Torri.


Molina, antes que ministro, es abogado. Lo que está por ver es que Chikilicuatre sea espíritu. 

La Segunda División. 14.- El Cádiz


 San José, Mágico González y Pepe Mejías



Iván Alejo y sus líos


Francico Javier Gómez Izquierdo

      

     Al Cádiz lo devolvió a la élite no un artista sino un currante, Álvaro Cervera "el Gafa", al que sustituyó Sergio González. Dos tipos éstos respetados por el cadismo, pero los Kichis de la política y no sé qué historias de dineros denunciados entre los amos del club fueron envenenando el ambiente hasta llevar al club a Segunda división.


     En mi modesto parecer el Cádiz empezaba con plantilla fiable y entrenador serio, Paco López, que no sé por qué no acaban de acoplarse una y otro. Paco López empezó en portería con el Churripi del Burgos y a los pocos partidos lo cambió por el barbudo David Gil, eterno reserva del Conan Ledesma y ahora vuelve de nuevo Caro a la titularidad en un vaivén que alcanza también a los defensas. Los mueve a menudo y esta indefinición es verdad que resta seguridad. Servidor cree que los cambios los hace porque el público silba en demasía a los jugadores y así Iza o Luis Hernández en el lateral derecho -Iza marcó un gol raro al Oviedo en la última jornada y se encaró con sus aficionados al tiempo que a Fali en la grada se le veía de pie gritando "pitad ahora, pitad ahora". Por Fali, al que le pasan muchas cosas raras cuando juega, suele salir Kovavevic, once años menor que hace pareja con Víctor Chus, canterano merengue que es indiscutible. En el lateral izquierdo tampoco es fijo Matos, excelente zocato que tan bien lo hizo en Burgos. El exrealista Zaldúa y Glauder del Alcorcón son alternativas en la zaga.


        En el 4-4-2 de Paco López es el deficiente funcionamiento de la media, lo que me sorprende, pues Ontiveros es un pelotero virguero que no entiendo cómo no acaba de romper, y es Ocampos, bastante menos dotado, por izquierda el que suministra a los de arriba con mejor criterio. El expucelano Alcaraz debería ser más influyente y Kouame más contundente. Arriba Chris Ramos no decepciona, además de trabajar como un peón lleva cinco goles, siendo el jugador más en forma. Los reconocidos nueves Roger o Sobrino alternan con Mwepu, la estrella de la temporada pasada en el Atlético Sanluqueño.


   Dejo para el final a Iván Alejo, extremo que resume el desquiciamiento cadista: siempre cabreado, molestón, trapacero, faltón de palabra y obra, se le ven todos los defectos de carácter, en vez de prodigar clase y calidad de las que no anda huérfano.


       En Cádiz azota un aire, para mí que es el Levante, que condiciona el espíritu soñador del cadista, siempre a la espera de algo parecido al Mágico González y como asume que lo del Mago fue casi un sueño irrepetible pide que aparezca un nuevo Pepe Mejías, otro Kiko  y si no hay más remedio pues... un Chico Linares.


    Muy mal ambiente en Cádiz, aunque creo que Paco López enderezará el incierto rumbo.

martes, 29 de octubre de 2024

La conga


Trump y Elon Musk

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Ante el caos ferroviario causado por la gestión de dos ministros “sapiens sapiens” del sanchismo (un valenciano berlanguiano y un pucelano que saltó a la fama por sus gritos al romperse el cuádriceps femoral de visita en unas obras en Parquesol), los pasajeros más jóvenes rompieron a bailar una conga en la madrileña estación de Atocha, cuando lo que los espíritus insurrectos de “X” pedían era barricadas, que es un galicismo, no una castiza voz hispánica, según el fino matiz del autor de El animal ladino, Nicolás R. Rico, que nos anticipó el estado actual de nuestro poder constituyente.


En América, el ladino Curtis Yarvin (“como amante de la ficción, espero que Elon Musk no llegue nunca a Marte”) pone el dedo en la llaga constituyente que separa la realidad y una fantasía que fomenta “la falsa creencia de que el gobierno de Estados Unidos tiene un poder ejecutivo y que cuando elegimos un presidente, estamos eligiendo al jefe ejecutivo del poder ejecutivo”.


El “ejecutivo” se ha convertido en una creación del legislativo. Esto es lo más inconstitucional que existe. Significa que la Constitución describe literalmente una forma diferente de gobierno. El verdadero gobierno que tenemos no tiene nada que ver con la Constitución. Si uno cree en las constituciones, y yo no creo, ¿qué es lo correcto que hay que hacer cuando la constitución ha sido violada?


En España, bailar la conga, y menos mal, porque en nuestro país (volvemos al profesor Rico) el genuino “poder constituyente” ha estado siempre en los campos de batalla y no en las urnas, fenómeno, eso sí, que no es exclusivo de nuestra España. Los textos constitucionales vigentes en Italia y Alemania, “aunque públicamente tramitados a estilo liberal, descansan en decisiones operativas basadas en el poderío militar de las potencias ocupantes de los respectivos territorios”. El presidente alemán acaba de imponer la mayor condecoración del país al tragicómico personaje que les “voló” la economía, mientras pone a sus juristas a buscar una fórmula para ilegalizar al partido político que disputa las esquinas del negocio al partido único (la socialdemocracia) desde el 45, como hiciera Leibholz con los partidos nazi y comunista.


Aquí no vivimos la angustia constitucional de los yanquis porque nuestras constituciones, promulgadas por un acto formal de un poder constituyente, no dejan de ser (¡el animal ladino!) un “provisorium”, siempre en precario, lo cual, añade el profesor, no constituye ninguna novedad histórica, quizá por aquello que decía Quevedo:


Solamente lo fugitivo permanece y dura.


Como el nefasto 78, ese régimen capaz de entregarse a la Eta para mantener a una Yesi. Nada que ver con América, donde, según Yarvin, ni siquiera es posible restaurar la Constitución: “No existe Constitución. Es letra muerta y lo ha sido durante toda nuestra vida. Y hasta que nos demos cuenta de esto, no se puede hacer nada en absoluto”.


Todo está consumado.


[Martes, 22 de Octubre] 

¡Todos y todo contra Vinicius!



Pepe Campos


A día 28 de octubre de 2024 lo logrado por el Real Madrid en el mundo del fútbol es algo realmente casi insuperable. ¡Quince Copas de Europa!, que se dice pronto. Para apearle de dicha posición y logro tendría que sucederle un equipo que en medio siglo encadenara en Europa, sucesivamente, títulos y títulos. Es decir, lo alcanzado por el Real Madrid a día de hoy se sitúa a un nivel de potestad inaguantable para muchos de sus rivales, los cercanos y los lejanos. De ahí surge su verdadero poderío y, al mismo tiempo, se promueve de manera irremediable entre sus rivales un serio intento de derribarle y de impedir que siga en su senda de victorias y de felicidad. Tanto ha conseguido el Real Madrid que corre el peligro de morir de éxito, y, por otro lado, como réplica le surgen numerosos oponentes que no quieren convivir en la insuficiencia y en el fracaso. No es de ahora, ni mucho menos, pero la forma de neutralizar y debilitar al Real Madrid es jugarle en cada partido, por todos sus adversarios, con la máxima fogosidad, intensidad y excitación. De este modo, hemos visto un comienzo de temporada 2024-2025, tanto en la Liga como en la Champions, «a revienta calderas» según se ha observado en cómo todos los equipos que se le han enfrentado han planteado los choques o contiendas —haya sido el Real Mallorca, el Atlético de Madrid, el Stuttgart o el Borussia Dortmund.


Lo anterior quiere decir que el Real Madrid y sus jugadores no disponen de pausas, ni de tiempos, ni de espacios para una estrategia o una planificación. Después de un encuentro al máximo nivel, le sigue otro, y uno más, de modo continuado y sin solución de continuidad. Este ritmo competitivo sólo se puede aguantar y mantener si sus futbolistas, los titulares —pues no hay posibilidad para sustituciones— juegan a un nivel estratosférico en cada envite, o bien dejan de competir, para caer en zonas de confort, lo cual no puede ocurrir, pues no les conviene, ni se lo van a proponer, ya que no entra dentro del guion. En los dos últimos años, como consecuencia de lo anterior, hemos asistido —con intención de frenarle— a eliminatorias en la Champions de máximo nivel, nada de relajación; siempre Manchester City, Liverpool, Chelsea, Paris Sant-Germain, Bayern Múnich, etc. Otro efecto, como contrapartida, han sido las lesiones de máxima gravedad de muchos de sus jugadores, algo que en la actualidad sigue en vigor porque no hay viabilidad para la calma. Lo comentado entra dentro de lo previsible —incluido el nivel de los rivales en los sorteos últimos de la Champions—. Ahora bien, lo que no forma parte de lo predecible es la desestabilización desde fuera, ya sea la que no se investiga adecuadamente —caso Negreira—, o la que se lleva a cabo a cuenta gotas, cuya plataforma más representativa —en estos instantes— para llevarlo a término es el dichoso y deplorable galardón del Balón de Oro.


El Balón de Oro ya se ha convertido como el premio nobel de literatura, en algo fútil, aunque mantiene implicaciones de reconocimiento mediático en el magín de las masas futboleras. Es un premio que no se sabe por qué se concede. ¿Lo recibe el mejor jugador del mundo? o ¿acaba en manos del que más títulos ha cosechado en un año natural, por formar parte de un club o por haber ejercido una labor colaborativa en dichos logros? No lo sabemos muy bien. La etapa Messi-Cristiano Ronaldo ha hecho saltar por los aires cualquier buen baremo. Han abusado tanto por recibir dicho premio que han terminado por corromperlo. Así, jugadores como Iniesta, Xavi o Kroos no lo han recibido. En el caso de Kross ni siquiera ha estado —nunca— entre los tres primeros puestos. A veces se daba por haber conseguido el jugador la Champions, otra un Mundial, en ocasiones la Eurocopa. Otras por haber metido muchos goles, etc. Andando el tiempo a Lewandowski le desapareció de las manos por la pandemia, y a Rodri, el año pasado, porque se valoró un Mundial a destiempo para que lo recibiera el «ancianito eterno». Ahora le toca el turno del «birle» a Vinicius. La manera de jugar de Vinicius molesta mucho porque regatea y regatea, y esto es «huevear» a los rivales y a los aficionados que quieren ver sólo lo correcto, es decir, que el mundo de lo plácido se imponga a cualquier contingencia o sobresalto. Nos temíamos esto y escribimos sobre ello hace unos días (2 de octubre): véase: vinicius-y-amancio-ante-el-balon-de-oro.


Vinicius es conmoción, es juego, es alegría. No obstante, en un mundo igualitario, no se puede permitir tanto júbilo, jolgorio, gozo, regodeo y alegranza. ¿Cómo se le puede frenar a Vinicius para que no le veamos regatear a los rivales en sus narices y ante las de los aficionados mohines? Sólo a base de patadas —por parte de sus marcadores—, mas frenarle con provocaciones —llamándole cualquier cosa—, haciéndole la vida imposible por reírse de él, así empezó todo y continúa. Ahora, además, al ponerle la golosina del Balón de Oro en las narices —porque se lo merecía, según los criterios de los últimos años— y, de súbito, de manera «trilera» hurtarle el premio. Así, de pronto, sin razones evidentes. ¿Por qué se le hace esto a Vinicius? Este escamoteo no le había sucedido a ningún otro jugador en la historia de este premio. Un galardón que entra en la decadencia porque acumula mucho descrédito. En sus comienzos no tenía los criterios actuales. Se le comenzó dando a Stanley Matthews (1956), luego lo recibió en dos ocasiones Alfredo Di Stéfano (1957 y 1959), a quien para un tercero ya no se le dejó presentarse. Así eran aquellos tiempos y los siguientes. Pues, de ser para el mejor jugador de cada momento, pocos trofeos consiguieron Cruyff, Beckenbauer o Zidane. La cuestión quedó pervertida con Messi y Cristiano Ronaldo, para siempre. Podríamos terminar comentando que lo mejor del Balón de Oro es que nunca lo ganaron ni Pelé, ni Maradona. ¡Y que ayer se lo soplaron a Vinicius! ¡Esperemos que esto no afecte a Vinicius, un siete de bandera! 

Martes, 29 de Octubre

 


infancia noche, juventud aurora

lunes, 28 de octubre de 2024

El chocolate del Yoro

 



Ignacio Ruiz Quintano
Abc


Leny Yoro era el central que más ilusión nos hacía por lo feo que era, que es lo que más asusta a un delantero. Tenía algo de chino con rastas, y parecía destinado a marcar una época en el Real Madrid, pero nos lo birló el United, dicen que por intrigas de su representante, el portugués Mendes. Ganó Mendes… y perdió Yoro, dada la repentina situación defensiva del Madrid, donde Yoro tendría ahora una autopista hacia la gloria, cosa que nunca tendrá en el United, que con el reciente despido de Ferguson (Cantona ya ha mandado a sus responsables a la “merde”) acaba de tirar por la borda todo lo que de leyenda le quedara.


Con cierta perspectiva, la culpa de lo de Yoro fue de Mendes, se supone, pero también del Madrid, que, dicho sea en chascarrillo pipero, quiso ahorrarse el chocolate del Yoro, una calderilla si se tiene en cuenta lo que deberá invertir ahora para enfoscar una defensa que descansa únicamente sobre los hombros de Rudiger, el atlante blanco, renqueante Militao y casi renco Alaba, para susto de Aureliano, capitán de Francia que en Madrid se ve amarrado al mástil de central, oficio que detesta. Con el mercado cautivo, todo lo que venga costará muchas veces el chocolate del Yoro, y siempre muy por debajo de Yoro en prestaciones. La cantera ni se contempla. La cantera es el recurso de los pobres. “Es mi pobreza, no mi voluntad, la que consiente”. Cuando se acaba el dinero, comienza la cantera, como pasa hoy con el Barcelona y como pasó con el Madrid de la Quinta. En España, las canteras de Madrid y de Barcelona dan para pasearse por las competiciones, pero en Europa se atasca en el barro. La Quinta no ganó una Champions, pero en España parecía el Brasil del 70, empujada por la demagogia y el periodismo, que vienen a ser lo mismo.


Tuve la suerte de llegar a un club que da tiempo a los jóvenes. Lo que han hecho durante años, conmigo, Valverde, Vinicius o Rodrygo, es excepcional. Todos los grandes clubes deberían copiar al Real.


Eso acaba de declarar un central triunfador y, sin embargo, guapo,  Varane, como si hiciera un resumen de lo que Yoro se ha perdido. Dice que le llevó años demostrar que podía ser un defensor de alto nivel sin ser un defensa acosador, a la antigua. “Yo tenía otro registro, era rápido. Y tardé en ser valorado en la selección francesa. Cuando las cosas no iban bien, yo era frágil, y cuando las cosas iban bien, tenía clase”. ¿Sería canterano Varane? A él, un niño de 18 años, lo sacó Mourinho del Lens (“Aprendí mucho de él, aunque no siempre estuvimos de acuerdo. Entiende muy bien a los jugadores”). Retirado del fútbol por su rodilla izquierda, Varane comprime como en un tuit la actual etapa gloriosa del Real Madrid:


Mourinho inició algo enorme. Ancelotti logró convertirlo. Y luego tuvimos a la generación dorada en su apogeo, con Zizou al frente.


Curiosamente, no figura el nombre de Guardiola, cantado por los ingleses como el mejor entrenador de la historia del fútbol. Lo querían de seleccionador de Inglaterra, aprovechando, según el “Daily Mail”, que, “debido a sus opiniones sobre la independencia de Cataluña, nunca entrenará a España”. Los ingleses no han salido del siglo XVI, y Keane, aquel Gavi del United, dio el grito de Drake: “¡Vayan por Guardiola! ¡Por el mejor!” Pero el elegido ha sido Tuchel, un bávaro como Ratzinger, es decir, un teólogo del fútbol. La frustración de Keane la ha pagado el pobre Trent Alexander-Arnold, que pasaba por allí: “No me puedo creer lo malo que es”, dijo de él en TV el tal Keane, poniéndose a la altura del gagman bético Joaquín cuando bufoneó con “lo malo” que era Vinicius, próximo Balón de Oro, si Valdano, que está en lo de Rodri, nos permite esa ilusión. Y menos mal que la solución la conoceremos en diez días, porque, de alargarse un mes, entrarían en la disputa Messi (¡es que lo de Bolivia!), Lamine (¡es que hay que protegerlo!) o hasta Borja Iglesias (¡es que qué estilazo!).


Y, por favor, viudas de Kroos y “followers” de Modric: dejen de molestar con Vitinha.




[Sábado, 19 de Octubre]

El fuera de juego


Primera alineación del Burgos 75/76 ante el Barça B



Luis Aloy. El precursor táctico de Sacchi y Flick



Barcelona B. 1975. Castell, Sánchez, Corominas, Nicolás, Moret y Olmo / Rusky, Macizo, Botella, Durán y Paco Fortes


   Francisco Javier Gómez Izquierdo


    Sé que a veces me lío con los sucedidos de la época dorada del Burgos, pero hay uno que me impactó y lo recuerdo perfectamente. Lo comentaba con mis amigos burgaleses antes del Madrid-Barça del sábado a cuenta de ese arte de provocar el fuera de juego en los delanteros rivales.


   El primer partido de liga de la 75-76 en Segunda fue un Burgos-Barça Atleti; al Burgos lo entrenaba Lucien Müller, todo un señor que anda en los 90, y al Barça el difunto Luis Aloy, preparador que aplicaba en el filial con entusiasmo y milimétrica ortodoxia las explicaciones de Marinus Michels en el Barça grande. Fue el glorioso año del ascenso y la consagración de Juanito. Recuerdo el partido por la desesperación de ver caer continuamente en fuera de juego a Viteri, Juanjo, Machicha, Adzic... Juanito, no. Juanito estaba en el campamento militar y no jugó, pero debutó Kresic -un Schuster antes de Schuster al que Miljanic iba a ver jugar por placer-. Müller, al ver tan buen pelotero, lo puso de titular y eso que había llegado el miércoles o el jueves de esa misma semana y el tío marcó el gol burgalés*. Aquello quedó empate a uno. Para asegurar los datos he ido a mi Internet particular, pero aquel protagonismo del fuera de juego hizo que lo asociara por siempre a Luis Aloy y así lo tuve presente cuando Arrigo Sacchi lo paseó por Italia y toda la Europa con su Milán. ¡¡Lo que pudimos renegar aquella tarde al salir de El Plantío por la maniobra que creíamos amenazaba al fútbol!!  Luego vimos que para poner en práctica "eso" había que estar muy concentrado y muy bien coordinado y que el entrenador capaz de hacer asimilar y conjuntar movimientos tan precisos de todos los jugadores podíamos considerarlo más que catedrático.


  "¿Cómo contrarrestar la táctica de Flick?" preguntábamos los amigos burgaleses por teléfono el sábado por la mañana. Apuntó servidor: "Pues Mbappé y Vinicius en su propio campo a dos centímetros de la línea del centro o marcando a los laterales Kounde y Balde y cualquier pelota robada lanzarla o despejarla a espaldas de las defensa catalana y... a galopar en busca de esas pelotas". "Eso se dice muy fácil, pero no es tan sencillo", señalaron mis amigos. Cierto, no es tan fácil, pero igual ensayando... Vicente Moreno y Dani Pendin, pareja de entrenadores jornaleros que servidor estima, pusieron en práctica la simpleza y colaron cuatro a Iñaki Peña en El Sadar en el último San Miguel. Bryan Zaragoza vigilaba a Kounde y le echó unas pocas carreras que resultaron fructíferas a la par que vistosonas y elegantes.


   Hansi Flick nos ha demostrado que es un gran entrenador. Lo que ha hecho con un equipo que amenazaba depresión monumental es admirable y seguro que tiene plan B cuando le hagan correr en demasía hacia atrás. Sabe que su sistema táctico es peligroso, de mucho riesgo y más si hay liebres en el rival. Fue moda antaño y se guardó en el armario porque se empezó a hablar de táctica suicida. El mismo Flick tiene claro cómo atacar semejante defensa adelantada -ante el Bayern, sin ir más lejos, o la segunda parte del sábado con Rafinha buscando a Lucas-, y estoy convencido de que tiene el remedio preparado para cuando en Europa le busquen las cosquillas, o sea las espaldas. Sí. El Barça vuelve a garantizar espectáculo.


      De verdad, no me cabía en la cabeza que el Madrid en general y Mbappé en particular pudieran caer tan fácilmente en tantos fuera de juego.

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     *El gol del Barcelona B lo marcó Carrasco 

Lunes, 28 de Octubre

 


esconde la barca de tu lengua en las fuentes de la sed

domingo, 27 de octubre de 2024

César Moro



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


En homenaje a José-Miguel Ullán, con textos y dibujos –inéditos– de su autoría, ha surgido “Tortuga busca tigre”, un libro de edición especial (primera y única), realizado en rama, impreso en papel Fabriano de rico gramaje e incluido en carpeta cubierta en papel estampado a mano y estuche entelado, todo lo cual, realizado por Del Centro Editores, viene a ser...


–...el aguazoso pisapapeles para el libro ejemplar, ya abierto, del necesario César Moro –escrito sobre el agua no pasada, a punto de caer en remolino–, cómplice si no autor de este anuncio que encierra una poética: Tortuga Busca Tigre. Aviso reptilíneo a quien leyere (leer / remar) sólo a partir de aquí.


Es decir, un homenaje a Alfredo Quíspez Asín, César Moro, de cuya vida escandalosa sabemos por “La tortuga ecuestre”, su único libro en español:


–...mi amigo el Rey me acerca a su tumba real y real / Donde Wagner hace la guardia a la puerta con la fidelidad / Del can royendo el hueso de la gloria...


En su cálida y amenísima presentación –entre los editores Manuel Ferro y Claudio F. Pérez Míguez–, Julio Ortega, profesor de la Universidad de Brown y, al cabo, el gran muñidor de “Tortuga busca tigre”, hace el relato tragicómico de la publicación, en 1957, de “La tortuga ecuestre”, escrita en 1938, mas permanentemente sometida a los extravíos –y desvaríos– de la fatalidad, con los duendes de la imprenta en el papel de tontos coyotes de la Warner a los que les fuera vedada la felicidad de dar alcance al Correcaminos de la publicidad.


–...mientras lluvias intermitentes y divinamente funestas / Corroen el peinado de tranvía aéreo de los hipocampos relapsos / Y homicidas transitando la terraza sublime de las apariciones / En el bosque solemne carnívoro y bituminoso...


Eso, de la vida (escandalosa). Y de la tortuga... ¿qué se sabe?


Ullán:


Su concha da el carey... El carey luce en la cabellera de la dama... Los yanquis la llaman con dulzura sibarita: el cerdo del océano... Moralmente, la tortuga es un Sancho centenario... Son más austeras que el hombre... Ni el hambre, ni el dolor, ni el mar son capaces de inducirlas al movimiento... Resisten encima un hombre...


Yo admiro el gesto trágico de mademoiselle La Virent, de la corte de Luis XIV, que dispuso que colocaran en su ataúd una pequeña tortuga viva. Exhumado un siglo después el cadáver de la bella criatura, se encontró, en el sitio de su corazón, la pequeña concha del animal. 

Hughes. Real Madrid, 0-FC Barcelona, 4. Flick prejubila a Ancelotti



Hughes

Pura Golosina Deportiva


Más que explicar el partido habría que explicar qué ha pasado.


Hace sólo unos meses el Madrid era campeón de Europa, de Liga, riquísimo e iba a fichar a Mbappé mientras el Barcelona estaba en la ruina caracolera, se enfrentaba al desprestigio más absoluto por el Caso Negreira y no tenía ni para pagar el champán de Laporta en Luz de Gas.


¿Qué ha tenido que pasar?


El Madrid ha estirado la gloria de Ancelotti, pero sin hacer mucho caso a Ancelotti. Ha empeorado la defensa, ha perdido al director de juego y ha fichado al mejor nueve del mundo, lo que le obliga a ajustes tácticos sobre lo que ya era un conjunto mixto poco explicable de amontonamiento, providencia y arrebato.


Ahora el Barcelona se pasea en el Bernabéu con un 0-4 que en otro tiempo hubiera provocado como mínimo una bronca seria. Se va a enterar Tchouameni en los próximos partidos...


El Madrid salía con lo que puede ser el once de gala. Un 4-4-2 con Bellingham en la derecha. Cada partido es un "¿Dónde está Wally?". ¿Dónde está Belly? De interior derecha estuvo.


Pero el Madrid, con lo que ahora se llama un bloque medio, estaba compacto y disfrutaba de espacios para los puntas. Destacaba Camavinga en el robo de pelota, con agresividad y prontitud.


El Barcelona arriesgaba y fiaba su estrategia al fuera de juego. El Madrid podía marcar pero le faltaba el toque justo, el control, la punta de suerte que ya deberíamos saber que no es realmente suerte sino otras cosas. Marcó, de hecho, el Madrid en un golazo de Mbappé que el VAR anuló. A fuerza de caer en offsides, Mbappé cogió bien la línea, pero se invalidó por centímetros de codo, de nariz, absurdos. El Madrid lo celebró muchísimo y, al ser anulado, esa energía ya no se recuperó.


Se estudiará, si no se ha estudiado ya, el efecto psicológico de la euforia inútil de estos no-goles.


El Madrid estaba ligeramente mejor, pero el Barça había sido peligroso en los movimientos rapidísimos de Lewandowski  y Fermín. Poco a poco iba adquiriendo "pelota". Sin embargo Flick, con su aire de divorciado que va remontando, no estaba contento; intuía quizás que con esa inercia caería el 1-0. Así que quitó a Fermín y metió otro amasador, De Jong, que junto a Pedri le ayudó a dominar más el juego. El Madrid ya no olió la pelota.




Y el cambio bien podía haber sido suyo. Ancelotti podía haber reparado en que los mejores pases a Mbappé se los estaba dando Lucas y que, ante tanto espacio y la táctica del fuera de juego, hacía falta quien supiera meter pases al hueco.


Podía haber salido Modric antes esta vez, pero sabemos que los cambios llegan en el 60 y en el 60 ya era tarde porque el Barcelona ganaba 0-2.


Primero fue un pase que atravesó todo el campo para llegar a Lewandowski. Mbappé no presionó al pasador y luego no apareció nadie. Todos miraban, pero ¿desde dónde? Era como cuando en las películas del Oeste se intuye la tragedia y no queda nadie en la calle principal, solo rastrojos movidos por el viento.


La ausencia de Courtois evitó el par de milagros habituales así que llegó el 0-1 de Lewandowski, y el 0-2, poco después, en pase desde la izquierda, la banda de Lucas que entró en siniestro total.


Puede decirse que los goles tercero y cuarto llegaron con el mecanismo simple de mandar balones a Raphinha para que destrozara a Lucas. No hay lateral derecho. No hay apenas centrales. No hay nadie de menos de 40 años que mueva al equipo. Hay que parar la imagen a mitad de partido para ponerse a averiguar dónde narices está Belligham, que se dedica al tackling, aportando al equipo lo mismo que Gravesen ahora mismo. Belingham corría detrás de Casadó. Todos corrían detrás de Casadó. Que esto pasara con Guardiola, vale, que pasara con Iniesta, bueno, que llegara a verse con Pedri, ea, no se va a ganar siempre, pero es que te está pasando con Casadó, que todo sea dicho parece un chaval estupendo.


Entonces a Ancelotti le sonó el timbre del almuerzo. Que entre Modric. Y ahí vimos que si había un partido para Modric era éste, porque la defensa adelantada de Flick empezó a desmoronarse con sus pases.


Mbappé falló, pero también se le había comido un poco la moral con los fueras de juego. En el 66 le llegó un balón y antes de seguir corriendo miró al juez de línea, acobardado, vio que no había nada y siguió, encaró, apuntó y marcó, y cuando lo iba a celebrar vio un banderín. Era hasta cruel.


El Madrid estaba partido y en el océano del medio jugaba solo Dani Olmo. No era fácil perderlo porque iba de rubio platino. Lewandowski pudo marcar el tercero y el cuarto, así que ya le tocó a Lamine marcar el 0-3. Ya se ha dicho: balones a Raphinha para que destroce a Lucas. De ahí vino el tercero y así fue el cuarto.


No solo era un 0-4, era un 12-1 en fueras de juego. Como cuando Sacchi, como cuando el Ajax de Van Gaal. Como cuando el Madrid se enfrentaba a una revolución tecnológica. La revolución Flick devolvió un recuerdo cruyffista. La superioridad táctica exhibida durante la segunda mitad debería provocar bochorno. El Barça era un equipo de una pieza, equilibrado, tenso, compacto, afilado y bien dirigido. El Madrid acaba siendo siempre, salvo en los minutos de rapto y locurón, una cosa indecisa, deshilachada, previsible y morcillona.


Para descender en sólo unos meses desde el punto más alto de la historia del Madrid hasta este 0-4, unas cuantas cosas se han tenido que hacer mal. Falta un lateral derecho, falta al menos un central, falta un centrocampista director, falta encontrarle un sitio a Bellingham y falta una idea de juego. Nada. Minucias.  


Hay que agradecerle al Barcelona que con su campanazo de fútbol ayude a despertar al Madrid de su sueño de soberbia.


 

Anda, tu fe te ha salvado

DOMINGO, 27 DE OCTUBRE


En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí». Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí». Jesús se detuvo y dijo:


-Llamadlo.


Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama». Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo:


-¿Qué quieres que te haga?


El ciego le contestó: «“Rabbuní”, que recobre la vista». Jesús le dijo:


-Anda, tu fe te ha salvado.


Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.


Marcos 10,46-52 

sábado, 26 de octubre de 2024

Camba al día. El libro del capitán Portela

 



Julio Camba


El otro día, al pasar por el mercado, presencié la disputa de una aldeana con un campesino. Cuando llegué al lugar del suceso el campesino había comenzado a hacer una detallada exposición de sus ideas antirreligiosas. ¡Exposición realmente impropia de un Ateneo, tan por su falta de razones científicas como por la violencia de sus frases! De las palabras de aquel campesino se deducía un espíritu satánico, que no creía en el misterio virginal de la encarnación ni en la omnipotencia de Dios. La aldeana, sin atemorizarse, le habló al campesino de su mujer, y entonces el campesino le dijo:


-¡Tú qué vas a decir! ¡Si tú estás en el libro del capitán Portela!...


La ira de la aldeana se desbordó con esta frase. Avanzó hacia el hombre, y dándole en la cara con un repollo, se lo quería hacer comer. Yo abandoné sumamente intrigado el lugar de la escena. ¿Quién era el capitán Portela? ¿Qué clase de libro había escrito este capitán? ¿Cuál era la razón de que -porque le hubiesen recordado una cita bibliográfica- pretendiera aquella aldeana que sus repollos se comiesen crudos, como las ensaladas?


Un amigo me lo explicó todo, contándome una historia de malicias y de delicias: una historia picaresca que yo voy a poner en una crónica, ya que no puedo ponerla en una jácara o en un romance.. Mis compañeros de la misteriosa Orden de los Terribles -dedicados a hacer la desgracia de los maridos mientras hacen la felicidad de las mujeres- tiene mucho que aprender en el libro de este don Juan lugareño, que, con un nombre verdaderamente terrible, se llama el capitán Portela.


Todavía joven y fuerte -como corresponde a un don Juan-, el capitán Portela había solicitado su retiro y se había ido a vivir a Brandón, una parroquia vecina de Pontevedra, en donde las mujeres son sanas, hermosas y fecundas, con una fecundidad que sorprendería a los avisados maridos de una capital. Brandón es inocente, y en la época del capitán Portela parece que era una misma la inocencia que hacía pecar a las mujeres y confiar a los maridos.  El capitán se aprovechaba de ella y la burlaba. Todos los días se llevaba a su casa, en los recios bigotes veteranos, la sabrosa humedad de algún beso furtivo. ¡Gallos de Brandón! ¿Cuántas veces fue hollada por el capitán Portela la misma tierra de vuestros corrales, que eran vuestros feudos? ¡Grillos de Brandón! ¿Cuántas veces suspendisteis una serenata para no turbar los dulces sollozos que el capitán Portela pretendía vanamente ahogar con sus besos?


Era irresistible aquel capitán que, no teniendo moros con quienes pelear, derribaba todos los días alguna de estas formidables bellezas aldeanas sobre su tierra de labor, entre las altas hierbas, que le servían de lecho y de cortinas. Luego, cuando llegaba a su casa, a hurtadillas de su mujer, sacaba un cuaderno y anotaba el nombre de la víctima y el lugar del sacrificio. Un día, el bizarro capitán se puso malo y se murió. ¿Debilidad? ¿Gota? ¿Reúma? Ello es que la muerte del héroe dejó en la más triste orfandad a media parroquia de Brandón, cuyo número de vecinos había aumentado considerablemente desde que el capitán llegara a ella. La viuda llamó a un notario para que arreglase los papeles del difunto, y ante las austeras gafas leguleyas apareció el pequeño cuaderno con sus terribles revelaciones.


El escándalo fue espantoso. ¿Era verdad lo que decía el libro del capitán Portela, o se trataba de un caso de vanidad póstuma? De un modo o de otro, las cenizas del capitán no merecían tierra sagrada, y se pensó muy seriamente en hacer con ellas una exhumación vengadora. Un día un pobre hombre llegó junto a su mujer.


-¿Sabes lo que me han dicho?


-¿El qué?


-Pues que la hija está en el libro del capitán Portela.


-¡Bah! Son habladurías de la parroquia.


-Por un sí o por un no, yo voy a ver el libro.


Y fue, contrariando la opinión de su mujer. Vio el libro, y allí no sólo estaba su hija, sino que también estaba su esposa.


Esta historia es reciente. No hace aún mucho más de un año desde la muerte del capitán Portela. Yo recojo su vida según se cuenta por aquí, y como explicación de una frase popular. Por lo demás, la parroquia de Brandón merece todo mi respeto y toda mi simpatía: una simpatía igual para sus mujeres que para sus maridos.


 

Julio Camba

César


Dante

Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


César, antes, era el nombre con que los grandes –Alcántara, por ejemplo– citaban a Ruano. Ahora sólo es una manera de sacar a colación al gracioso de los Morancos o al ministro de Cultura. Cosas del nuevo Siglo de Oro.


En las democracias continentales el ministro de Cultura vive de un malentendido que consiste en llamar cultura a lo que no es más que alfalfa política. En una palabra: propaganda de partido. El ministro de Cultura es paisano del fundador de la Legión, que también amaba a Italia, aunque con mayor motivo: estaba loco por D’Annunzio, a quien había leído. Hoy, en cambio, Barceló, uno de los peces gordos de la cultura ministerial, presume públicamente de no leer a Dante a fin de evitarse influencias a la hora de ilustrar... la Divina Comedia. ¿Dante, cuya única justificación fue el terceto, o el terceto, cuya justificación fue el Dante? ¡Dante, cuya única justificación es Barceló!


El caso es que, ya en su época, Millán Astray, en una de sus salidas más celebradas, se mostraba dispuesto a sacar la pistola cada vez que oía la palabra “cultura”. En la misma situación, nosotros nos limitamos a levantar las manos. Y es que ya se puede decir que el cambio climático es ese fenómeno que impide que haga frío bastante como para que la gente de la cultura lleve las manos metidas en sus propios bolsillos.


La cultura tiene que estar por encima de cualquier visión partidista –declara el ministro.


Se trata del mismo ministro que, ante su posible cese ministerial, se declara orgulloso de haber servido “a las ideas socialistas”, que científicamente se reducen a dos: despojar de sus monedillas a los burgueses y repartirlas entre los proletarios. O sea, el canon digital.


Estas metas culturales de la izquierda contrastan con la de la derecha, a la que nunca le ha gustado el mundo de la cultura, porque no lo controla y porque le ha hecho daño con temas como la guerra de Iraq.


Menudo “tema”, la guerra de Iraq. ¿Y el Gal? Quiá. La guerra de Iraq. La segunda. La de Aznar. En la primera estaba, y con conscriptos, González, de quien también se declara orgulloso el ministro, pues “marcó un nuevo rumbo para este país”. Con González, en efecto, España llegó a tener procesadas por corrupción a todas las cabezas de las instituciones del Estado.


Mientras, la Cultura papea a dos carrillos: Hernández hace en Madrid un Tirso la mar de republicano (?), y en Barcelona, Gómez dirige un Verdi impregnado de republicanismo. 

La Segunda División. 13.- Racing de Santander

José Alberto, el míster


Íñigo Vicente, el 10


          Francisco Javier Gómez Izquierdo

    

         En Segunda no todos los meses son propicios a los mismos equipos, y así los hay que engordan al comienzo, y al final les da por pasar hambre, y clubes en los que extraña tanta penuria inicial -estoy pensando en el Tenerife y el Cádiz-, pero con la primavera se sueltan y desperezan y confirman la emoción de una categoría que a mí me parece va perdiendo calidad sin remedio aparente.


   El Racing de Santander ha empezado a cosechar temprano desde la tranquilidad que hace tres años trajo José Alberto, uno de esos buenos entrenadores que lo son porque se hacen en el fútbol base, Sporting, y se curten en esa Legión que es el Mirandés -podría ser el Eldense o el Linares- hasta asentarse curiosamente en un club que suele quemar entrenadores. José Alberto ha encontrado un jugador que lleva el 10 con la dignidad que requiere el número y lo descubrió, supongo, en el Mirandés, donde lo tuvo cedido el Athletic en dos etapas. Junto a Carlos Álvarez del Levante, Íñigo Vicente, el diez del Racing, son mis dos peloteros favoritos hasta la presente, pero este Íñigo Vicente influye más y es más decisivo en el Racing que el sevillano en el Levante. Íñigo Vicente, "el mago de Derio", que nació como servidor el día de los Reyes y al que le gusta estar en su pueblo, tiene cara de rebelde, de estar como ausente en la línea del Parejo del Villarreal, jugadores que conforme los ves empezar a tocar balón intuyes como va a discurrir el partido. Se mueve y maneja detrás de los delanteros que son Andrés," Andresito" cuando jugaba en el Córdoba, y que golea porque se le ve a gusto peleando cada pelota, y el canario Arana, imprevisible pero listo de cara al gol. Les ordena y sirve con elegancia además de precisión haciendo de este tridente el más determinante valor cántabro. 


       Aldasoro, ex-realista, y Vencedor el del Athleti, hacen kilómetros cual mediocentros maratonianos; Íñigo Sáinz, el otro mediocentro y capitán del equipo que alternaba con los dos vascos se ha lesionado de gravedad ¡vaya por Dios! Sangalli, otro txuriurdin en el carril derecho, es todo pundonor y eficacia y esta temporada hasta ve puerta. Como la ven los suplentes de la  delantera: los veteranos Yago Junior o Ekain y Suleimán, el negrito fichado del Ibiza, o Karrikaburu, donostiarra que parecía en sus inicios se iba a comer todas las redes de Segunda.


   Además de protegerse con dos mediocentros, el míster se ha encontrado un central al que teníamos perdida la pista y que se ve deseaba volver a España: Montero, al que Simeone puso alguna vez de titular en el Atleti, pero que marchó en busca de mejores aires -Beksitas, Hamburgo-, y Javi Castro, todo un hallazgo del cuerpo técnico en el descendido Alcorcón. El zurdo Saúl hace dos años que volvió a casa y se le ve solvente atrás y cuando sube... como a todo el equipo. Mario, Manu Hernando, Mantilla, Paul Moreno es el póker defensivo que espera en el banco a que se le solicite con la tranquilidad que están dando los resultados. Ocho victorias, dos empates y sólo una derrota y ésta vino por un error alucinante de Ezkieta, portero de la cantera de Osasuna al que se le reconocen sus fenomenales intervenciones y se le disculpa, pues nobleza obliga, la salida en El Sardinero que costó tres puntos ante el Cartagena.


  Juega y gana fácil el Racing. Gana incluso cuando salen los reservas para que descansen los titulares. Llegar a tal comunión de grupo suele traer buenas consecuencias.


   Buena pinta este Racing de Santander. ¡A ver qué vientos soplan por marzo! 

Sábado, 26 de Octubre

 


Valle de Esteban

La gata sobre el tejado

viernes, 25 de octubre de 2024

El programa liberal


Bill Ackman


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


En América, “un hombre, un voto” siempre fue una forma de hablar. Primero porque no todo el mundo era hombre (por ejemplo, las mujeres), y ahora, porque un hombre (o una mujer) puede echar en la urna, y de forma anónima, un saco de votos. Para votar por Kamala, si eres famoso, no tienes que justificar nada: basta con decir que lo que diga Bruce Springsteen, o que lo manda la TV.


Cosa distinta es votar por Trump, algo que comienza a ser una cuestión de fe, pues ya son tres los intentos de asesinato del candidato, aunque Sleepy Joe, en la niebla de su demencia senil, avisa que si Trump muriera por un "atentado iraní" el Gobierno lo tomaría como una declaración de guerra: Trump no volvería a la Casa Blanca y John Bolton (“tonto como una roca”) vería cumplirse su sueño húmedo de entrar en Teherán como Pedro Domecq, con los dogos de la democracia liberal y dos sultanes de Persia.


Bill Ackman, ceo de la Pershing Square Foundation, ha tenido que presentar treinta y tres razones para votar por Trump, que vienen a ser su impugnación al programa liberal del wokismo, ese marxismo cultural que constituye la apoteosis del liberalismo (anticipada en los 50 por Voegelin) que, camino de la autodeterminación, avanza hacia su autodestrucción, momento que pillará a nuestra campechana derechona haciendo sodokus con el libro del comunismo.


Ackman cree que votando por Trump evitará las fronteras abiertas, la vorágine regulatoria en la economía, la liberación sin fianza de criminales, la despenalización del hurto, la promoción de ideologías DEI, la educación en primaria sobre fluidez de género en la infancia, el fomento de protestas antiamericanas, la imposición de vacunas que no han sido probadas, la censura en los medios de comunicación y en las plataformas de redes sociales, la utilización de los sistemas legales de Estados Unidos para intentar encarcelar y retirar de la campaña a los candidatos a la presidencia, la retórica antipolicial, la mentira al pueblo estadounidense sobre la salud cognitiva del presidente, la continua exención de responsabilidad para la industria farmacéutica que ha llevado a una proliferación de vacunas obligatorias para niños, la desprotección del Servicio Secreto a los candidatos presidenciales alternativos, la selección del candidato demócrata a la presidencia en un proceso secreto llevado a cabo por líderes no revelados del partido (sin permitir a los estadounidenses elegir entre candidatos en una primaria abierta), la designación de un candidato inferior para la presidencia (cuando hay otros candidatos mucho más calificados disponibles e interesados en servir), litigar para que sea ilegal que los Estados exijan prueba de ciudadanía (identificación de votante y/o residencia para votar en un momento en que muchos estadounidenses han perdido la confianza en la precisión y confiabilidad de nuestro sistema de votación), etcétera.


Liberalios a votar, liberalios a morir.


[Viernes, 18 de Octubre]