lunes, 28 de septiembre de 2015

Otra frailada en Madrid, con José Tomás en una grada y el Mochuelo en el olivo de Abella


¿Qué es España?
(Al enchufado de la Cifu, Eolo le roe la bandera)

José Ramón Márquez

Nuestros bisabuelos salieron de los toros un buen día de 1898 y se enteraron de que se había perdido Cuba -y ésa sí que fue una grandísima pérdida, acaso la única realmente importante de todas-. Hoy, andando los años, nos vamos a los toros con la tabarra de la secesión catalana planeando sobre nuestras cabezas.

Lo mismo que el plebiscito ful que han perpetrado cuatro logreros para encenagar lo que se pudiese en las provincias del noreste, la empresa de Madrid, esos Choperón Father & Son vigilados por la atenta mirada de ese simpático Manolo que, cual Mochuelo doméstico de la Cifu, ha anidado en el burladero 27, han sido capaces de rizar su particular rizo culminando la mini feria de los encastes minoritarios con... una corrida ful de lisarnasios del Puerto de San Lorenzo, encaste absolutamente nada minoritario por el que beben los vientos nuestros Choperon’s, según parece. Y es que se dice pronto que para hoy programen una de Fraile Mazas como si fuese cosa minoritaria y en peligro de extinción cuando entre las diversas franquicias frailunas llevamos seis o siete corridas de lo mismo en lo que va de temporada en Madrid y aún nos resta un último cucharón de más del mismo ricino el viernes día 2 en la Feria de Otoño. Hartazgo de Fraile, Puerto de San Lorenzo, Ventana del Puerto, Valdefresno, Moisés Fraile, Fraile Mazas... vueltas y vueltas de lo mismo, de los lisarnasios coñazo que o no pueden con la penca del rabo o son más tontos que aquel famoso tonto de Ciguñuela, que cosía de balde y ponía la tela. Y todo para no traer lo auténticamente minoritario, que es lo que Carolina Fraile cría en Cojos de Robliza e hierra con la marca de Graciliano, que eso se lidia en Francia o donde sea; cualquier sitio menos en Madrid. Y para que se vea que esta gente iba con la mosca tras de la oreja, en el programa, página 11, en el árbol genealógico ése que pintan, han quitado entre Javier Pérez Tabernero y Hermanos Fraile Mazas las casillas correspondientes a Puerto de San Lorenzo y Valdefresno, por no dar pistas de que esto de minoritario tiene más bien nada.

No se dio completa la corrida, pues el segundo se rompió una mano en la capea capotera. Ya ni sabemos cuántos toros se han ido al desolladero con una mano rota en la temporada que ahora termina a causa del impresentable estado del piso de Plaza. El sábado, en el ruedo de Las Ventas se dio una actuación de un cantante llamado Dani Martín, de quien todo lo ignoro, que colocó un escenario descomunal en el tendido 6, justo donde se fracturó la patita el lisarnasio; si a eso sumamos los camiones de carga y descarga, y el público que abarrotó y pisoteó la parte del ruedo, es fácil entender la rotura de mano del toro y la caída de Pirri en la cara del toro a la salida de un par de banderillas, afortunadamente sin consecuencias. Que el ruedo no está en condiciones es algo que se ha dicho con insistencia, que ni la Empresa ni el simpático Mochuelo hacen nada al respecto es algo que es perfectamente constatable. La cosa, a ver si nos enteramos, no es quitar la “lenteja”, sino tener el ruedo en condiciones para la lidia.

Al menos la rotura de la mano del infeliz segundo nos dio la alegría de no tener que tragarnos seis lisarnasios, pues la cosa se remendó con uno de Benítez Cubero, hierro de Pallarés. De entre los de lidia oficial, nos echaron la escalera al cielo de Led Zeppelin, que iba de los 485 kilogramos de la bola de sebo regordía que salió en primer lugar, hasta los 615 del que hizo cuarto. El único que pareció toro de los seis fue el sexto, Pretencoso (sic), número 13. Hoy tomaron antigüedad, a ver lo que duran.

Para finiquitar a los lisarnasios de recuelo travestidos de encaste minoritario se trajeron a Fabián Barba, de Aguascalientes, nuevo en la Plaza, Pérez Mota y Miguel Ángel Delgado.

Si Fabián Barba hubiese dejado de afeitarse cuando tomó la alternativa, la barba le llegaría hoy a la cintura, pues hace ya doce años que se doctoró como matador de toros en su patria chica. Hoy se presentaba en Las Ventas y confirmaba, que nunca es tarde si la dicha es buena. Acaso lo que se espera de un hombre que lleva más de dos lustros ejerciendo el oficio es, precisamente, que al menos demuestre su oficio. Al contrario, Fabián puso sobre la apelmazada arena de Madrid unos modos desconfiados y ventajistas, una tauromaquia de los rodeos, de las afueras, de no quiero verte ni que te arrimes a mí, que está en el polo diametralmente opuesto de lo que uno como espectador va buscando por esas Plazas de Dios. Mostró unos modos con el capote más airosos que eficaces y a la bolita de sebo llamada Madrilero, número 19, una especie de rata gorda y encogida de trote cochinero, la toreó a base de lejanías y de desconfianza, como si fuese el Leviatán. Se quedó en la cara del bicho al entrar a matar, quieto parado, y se llevó un buen trastazo que el bicho le propinó sin maldad ni ganas de herir. En su segundo, que era el más grande de la redada que mandaron los  señores Fraile desde Tabera de Abajo, presentó idénticas trazas, no dejando en la parroquia el más leve recuerdo que deba ser pasado al folio. Mató echándose fuera de manera descarada, tirando la muleta al aire y atravesando al bicho, como no podía ser de otra manera. Al menos el toro no le atropelló.

Pérez Mota no dio la sensación de un matador de alternativa sino más bien de uno de esos aficionados prácticos aventajados que hay por ahí. Una cosa genial para divertirse en el campo, pero de muy poca enjundia para ganarse la vida. Pérez Mota no se resigna a abandonar la penosa senda  del julismo por la que algún desalmado le inició y se le va yendo la carrera y las oportunidades sin poner argumentos de peso que construyan su propia personalidad. No se pasó al toro lejos, sino lo siguiente, corrió lo indecible entre pase y pase, en un maratón del destoreo, abusó del pico sin misericordia y mató mal. Como viene siendo costumbre hubo cierto público que jaleó algunos “pases” que consiguió ligar, aplausos de paja que ocultan la palmaria ausencia en Pérez Mota de una tauromaquia sobre la que asentar su toreo y de un misterio que la dé sentido. Su segundo fue el cinqueño de Pallarés, Nomeveas, número 52, serio y bien armado, aplaudido de salida, a quien Tulio Salguero picó acaso con más saña de la debida. El animal sangró bastante y Pérez Mota vio como se iban apagando los ímpetus del toro a ojos vistas, cosa que el buen entendedor sabrá que beneficiaba a su matador.

Miguel Ángel Delgado volvió a dejar buen cartel en Madrid. En su primero volvió a mostrar las formas que  ya ha enseñado, justo en el límite del toreo que nos gusta. Aguantó la tendencia del toro hacia adentro a base de buen oficio y le sacó algunos redondos de buen trazo y colocación;  luego, con la zurda, una serie de mérito en la que lleva al toro muy toreado rematando atrás y tragando lo suyo. Mal con la espada. Faena sólida de torero bastante hecho, máxime ante las condiciones del toro. En su segundo, bien picado por Francisco Martínez, comienza con buenos argumentos aunque en conjunto y en honor a la verdad hay que decir que el toro acaba ganándole la pelea. Lo mata de una media lagartijera de efecto fulminante. Deja buen cartel y ganas de que lo repitan,  porque el concepto de su toreo va en la buena línea. Hubiera sido un buen nombre para la Feria de Otoño, en vez de alguno de esos tan vistos.

La presencia en una andanada de José Tomás nos llevó, por un momento, a recordar aquellas mágicas temporadas de 1996 a 1999 en que tantas esperanzas nos hizo concebir.



 El mariachi

 Florencio

 La papela de Fernández

 La marquesa

 El Oriente

 El duque

 La vuelta de la barrera del 9

 Mochuelo Fernández

 El Mochuelo en el olivo de Abella

 Abella (con Pablo, el del figón de Aranjuez) en su nuevo olivo

 Paseíllo

 Barba, Mota y Delgado

 Carmelo Giraldillo

 Sombreros

 Coleta

Flequillo

 Pie griego

 Guernica

 Sánchez avizor

 Sánchez al quite

 Pelo liso

 Pelo rizado

 Pelo customizado

 Delgado

 Juguetes rotos

 Brindis de Delgado

 Ahí estuvo

 Ibiza

 Pirri (que no pudo tomar el olivo) y Boni camino de la enfermería

Oliva (Soto), mozo de espadas de Barba

 Sánchez al par (no tomó el olivo)

 La luna...

 ...llegando tarde al eclipse

 José Tomás en su olivo (grada del 3)

 Y Capea en una rama del de Tomás

 Entre lo hipster y salmantino

 Los selfies

España a la hora del cierre de los colegios electorales en Cataluña