viernes, 28 de junio de 2019

El zorcico

Arana Goiri


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Cuando despertó, el 78 todavía estaba allí.

Es la democracia –repiten, campanudos, sus flabelíferos.

Una democracia algo rara: no puedes elegir a tu representante ni a tu presidente, pero, a cambio, puedes escuchar a Otegui.
Roosevelt. Presidente de los Estados Unidos. Nombre partido nacionalista vasco felicito por independencia de Cuba. Federación nobilísima que presidís que supo libertarla esclavitud. Si Europa imitara, también nación vasca, su pueblo más antiguo que más siglos gozó libertad rigiéndose constitución que mereció elogios Estados Unidos, sería libre –fue el telegrama de Sabino de Arana Goiri desde Bilbao a Washington en el 98.
No estuve a lo de Otegui en Televisión Española, pero la prensa setentayochista le da tratamiento de “Founder Father”, y así lo estudiarán nuestros nietos en la escuela. Faltó, al parecer, una claque pidiendo a Rosa María Mateo (Mateo la de la guitarra) el “Guernicaco”, zorcico estrenado el año 1851, siendo Rosa María casi una niña, en un café madrileño de la Red de San Luis:
Pidamos al Señor que nos conceda una paz para hoy y para siempre
En eso anda Zapatero, alcahuete del hamponato cubano en Venezuela y consejero de Estado en España, donde Sánchez le ha otorgado poder para conceder indultos, como hizo Francisco I con su madre, sólo que a Francisco I la Corte le recordó que se trataba de uno de los más preciados atributos de la soberanía, el cual no se podía comunicar al súbdito sin disminución de la majestad, con lo que la madre renunció al privilegio.
Muchos príncipes soberanos abusan de su poder presumiendo que la gracia que conceden será tanto más agradable a Dios cuanto el crimen es detestable –anota Jean Bodin–. Las gracias otorgadas para tales crímenes traen como consecuencia las pestes, las hambres, las guerras y la ruina de las repúblicas.
Pero un Ortega del 78 propone (¡pedagogía democrática!) sacar a los criminales en TV para que se vea… “lo tontos que son”. Han ganado.