Clouseau y Cato Fong
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
De los Quintero, Serafín y Joaquín (“Tengo dos lunares, / el uno junto a la boca, / el otro, donde tú sabes”), a los Garzón, Eduardo y Alberto.
–Maldita sea esta sociedad capitalista donde una compañía aérea antepone el beneficio empresarial a la seguridad de los pasajeros –tuiteó Eduardo cuando un piloto loco estrelló un avión en los Alpes.
–Mi apoyo al entorno de las víctimas de Orlando y de las dos mujeres asesinadas en 24 horas. Víctimas de la misma lacra: el heteropatriarcado –tuiteó Alberto tras la matanza islamista en Orlando.
Los Garzón salen de Logroño y comen de la política, que para ellos consiste en dar explicaciones de cosas que nadie les pide.
–I whis he would explain his explanation –fue la dedicatoria que Byron hizo de su “Don Juan” a Coleridge.
Así las explicaciones de los hermanos Garzón, que son al comunismo lo que los hermanos Laudrup al fútbol, que lo jugaban sin mirar.
Eduardo, que cree que los aviones “Low Cost” se van cayendo por los recortes, es asistente de un diputado comunista, y no le faltarán garbanzos. Pero Alberto, que ahora curra para Pablemos de Cato Fong (Burt Kwouk, el criado chino del inspector Clouseau en la saga de “La Pantera Rosa”), puede ser ministro, cosa que no digo yo que no se merezcan los votantes, ninguno de los cuales, por cierto, lo supera en inteligencia.
Un Garzón ministro estaría oficialmente en condiciones de discutir con Obama, y cada uno desde la experiencia de su matriarcado natal (en Honolulu el de Obama y en Logroño el de Garzón), de cómo reducir con drones la resistencia de las últimas bolsas heteropatriarcales en la Cristiandad (Irán no cuenta, por el cheque escolar persa). Vamos a ver: la horda mata al padre y se instaura el matriarcado, durante el cual se echa de menos al padre y surge, como sustituto paterno, el tótem, es decir, la religión…
Mas la socialdemocracia ya encontró una gatera para no llamar a las cosas por su nombre: lo de Orlando es… “crimen de odio”.