Valle de Esteban
-La moneda que más aprecio es la de cinco céntimos. Con cinco céntimos en el bolsillo no me siento pobre, con cinco céntimos se puede comprar lo que es verdaderamente superfluo, lo inofensivo, lo que no pesa demasiado, lo trivial, lo ingenuo; con cinco céntimos en el bolsillo se es ingrávido, feliz, y, sin embargo, no se carece de dinero.
Ramón Gómez de la Serna