lunes, 3 de noviembre de 2014

El Atlético de Madrid

Un madridista y otro del Bayern
Con la peña atlética de la Carlota en el Calderón
El intercambio siempre satisface y enriquece

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Estuvimos muchos cordobesistas en el Calderón para constatar cierta  sensación de mejora, pero nos metieron cuatro. Volvieron los elogios conmiserativos de la afición rival y de todo corazón nos repitieron los mejores deseos, con esa puesta en situación que se tiene al asistir al funeral por el padre anciano de uno de nuestros compañeros, al que no conocimos en vida. Con el Córdoba, las hinchadas rivales tienen mucha educación. Menos la del Sevilla y el Xerez, claro está.

     En el día de Todos los Santos, las aguas del Manzanares corrieron blancas y verdes hasta las siete de la tarde. Griezmann, con dos azadonazos, el segundo a las siete y diez, las volvió a su ser y discurrieron de nuevo placenteras y felices, rojas y blancas como acostumbran en las últimas estaciones. No estuvo tan brillante Griezmann como cantan los panegiristas fieles al último partido. Estuvo atento, que es suficiente para un delantero. Como lo estuvo Coke, avisado de los nervios del guardameta Juan Carlos, al que en Córdoba le empiezan a piropear, resuelto a cruzar centros desde el lado izquierdo. Uno dio en la espalda de Mandzukic que ni necesitó saltar para marcar y otro en el colodrillo o por ahí de Raúl García, al que le dieron ganas y se las aguantó de dar las gracias a nuestro cancerbero que nada tiene de can y mucho menos de fiero.

     El Atlético no sufrió. Me da la impresión de que se esfuerza lo justo y no salta al campo como  la jauría hambrienta del año pasado. Sospecho que el entrenador Simeone piensa en Copa de Europa y disculpa los despistes de Juanfran y Miranda ante enemigos menores con insólita caridad gestual porque está viendo venir a ese Real Madrid intratable al que sólo se le puede quebrar con sorpresiva celada. ¡Vamos, con una genialidad táctica! Y la está cavilando Simeone. Que conste que es opinión muy particular, pero la verdad es que el entrenador Ancelotti ha dado con la tecla y no hay quien se iguale a su ejército. La Liga tiene pinta de estar sentenciada, por lo que será cuestión de mirar hacia otro lado, y el caso es que si hubo equipo que pudo hacer daño en el Bernabéu fue el Córdoba la primera jornada de Liga. ¡Que gran oportunidad perdimos! Jugando como en el Calderón, Cristiano y compañía hubieran hincado la rodilla. Mejoramos, pero los demás también y más deprisa.

     Después de diez jornadas parece que el viernes empieza nuestra liga... o mejor las maniobras generales de nuestro salvamento..... ó salvación que no sé muy bien cómo hay que decirlo, pero es que soy de los que hicieron la mili.  Al Arcángel viene el Dépor y si bien una derrota no sería definitiva, perder nos abocaría a creer en los milagros y como diría don Eutimio, un cura de la Gallega que repartió millares de capones en las cabezas infantiles de mi pueblo: “....si queréis sacamos al Santo, pero el día no está de llover”.