OLFATO
La esencia del toreo, su mecanismo –con permiso de mi admirado amigo José María Cossío–, creo que la descubrió “Don Tancredo” vestido de estatua del comendador. Porque el toro prefiere la tela muerta, pero que se mueve, al cuerpo vivo, si está quieto. Como herbívoro que es, no tiene olfato para la carne.
MI CUARTO A ESPADAS / AGUSTÍN DE FOXÁ
MI CUARTO A ESPADAS / AGUSTÍN DE FOXÁ
LAS TAURINAS DE ABC
EDICIONES LUCA DE TENA, 2006
Ignacio Ruiz Quintano