-Siempre he tenido la sospecha de que "independència" era en Cataluña el
nombre de un género literario. Tras la manifestación del 11-S mis amigos
me aseguraban que no, que la cosa iba en serio, y que había llegado el
momento de pasar de las palabras a los hechos. Pero los hechos, en
política, se llaman correlación de fuerzas. ¿Han calibrado bien sus
fuerzas los independentistas catalanes? ¿Ha sido el 11-S -y pienso en
los que pueden ser sus gestores políticos- un intento de amagar para ver
cuál era exactamente esa correlación de fuerzas? Las palabras del Rey
no son un mero ejercicio retórico, se crea lo que se crea en las redes
sociales, sino una respuesta a aquel otro ejercicio no retórico de Mas
cuando dijo que una Cataluña independiente no tenía por qué ser
republicana. No tengo ni idea de cómo evolucionará todo esto, pero tengo
la sensación de que después de estos días de realismo mágico, el género
literario llamado "independència" corre el riesgo de verse abocado a la
lírica melancólica. Y la frustración no acostumbra a ser la mejor de
las consejeras.