Manuel Jabois
El Mundo
Heredero a partes iguales de Fernando Hierro y Leopoldo María Panero, una subespecie preñada de jerarquía y malditismo de las que surgen una cada diez siglos, Képler Laveran Lima Ferreira se presenta a las semifinales de la Eurocopa con el orgullo en hinchazón y los violentitos bajos, como si los calores del norte le hubiesen congelado la sangre. Central de estirpe reconocible por imperecedera, Pepe ha conseguido enterrar la cola del matadero del Bernabéu en la que se dejaron la reputación samueles y pavones. Para ello ha hecho de su defensa un modo de exhibición que repite como por ensalmo con Portugal: coberturas deslizantes, anticipación cerebral y un marcaje tan sofocante que a veces los delanteros, como los pasados de marihuana, se giran bruscamente dos días después al meter la llave en el portal tras sentir algo a su espalda.
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