jueves, 4 de diciembre de 2025

Sin Ducados en el talego



Francisco Javier Gómez Izquierdo


        Fali, a quien todos llamamos "La Chismosa", sin que se enfade, me ha preguntado esta mañana en lo de Antonio que por qué no se vende Ducados en el Economato de las cárceles. Fali "La Chismosa" parece que echa todas las tarde ante seis o siete televisores encendidos y por la mañana da cuenta del repertorio a Antonio y a los doce fijos continuos que sobre las ocho y medio tomamos el café con tostada. Al parecer, Don Ábalos, el que fue ministro, no puede fumar Ducados porque no lo venden en Soto del Real. Explico al curioso auditorio tabernario que en cada Módulo hay una tiendecita en la que atienden dos o tres internos que gozan de la confianza del Funcionario de Economato. En cada centro hay varios puntos de venta; en Córdoba, 15 módulos más Ingresos y Enfermería hacen 17. Si a los internos de los Módulos sumamos los cinco o seis del central donde se recibe mercancía y se montan los pedidos de cada Módulo, no bajan de cincuenta los presos que dependen de los funcionarios de Economato. Cada Módulo tiene sus particularidades, y así en el que hay muchos musulmanes la venta de latillas de caballa con tomate es exagerada, en Enfermería todo tipo de dulces... y en todos, atún y tabaco. Aún estaba servidor en activo cuando se extendió el consumo del tabaco picado por el precio prohibitivo de las cajetillas de marcas conocidas y además como se legalizó la venta del librillo en los Centros Penitenciaios, la mayoría de internos se pasó al tabaco de líar. El Economato es un estanco más y puede pedir a Tabacalera como cualquier estanco, pero recuerdo que ya por el 2017 y 2018 en Córdoba sólo se pedía Fortuna, Winston, Marlboro y Camel como rubio y Ducados de negro. El resto,  picadura. Es lógico que si en el Módulo de don Ábalos no hay nadie que fume Ducados, el interno responsable de ese punto de venta cuando hace el pedido al central no lo pida, lo que no quiere decir que no lo haya en el Central y pueda solicitarlo en el pedido semanal. De todos modos, no me extraña que los presos ya no fumen ni Fortuna, ni Camel, ni Marlboro... ni Ducados, y los fumadores se pasen el día liando cigarrillos sin que el funcionario pueda sospechar siquiera que se están liando los porros ante sus narices. Cuando se pasaba el recuento y la celda olía a lo que olía, la coartada del preso era el Bisonte , "ná, funcionario, unos bisontes que nos hemos fumao". Ahora, en algún  Modulo de Respeto creo que los internos tienen que pedir permiso para ir al "tigre" y aplacar las ansias.


      Es curioso. Cuando servidor era joven hace más de medio siglo, las parcialidades que hoy abominan del tabaco y aplauden la subida de su precio (el paquete de Ducados pasa de las mil pesetas. 1033) como si fuera justo y necesario castigar con multas a los pecadores, se rasgaban las vestiduras cuando los Gobiernos de Franco, Suárez, Felipe... subían el Celtas y el Ducados "al peón de la construcción", porque el Ducados era de currantes menesterosos; el Winston, de los "caballistas" de güisquería; y el Camel, de los pijos redomados. "Puñalada trapera al pobre" decían los periódicos. Si además subían los garbanzos, una cosa muy del gusto de  Fraga, comerlos y restregarlos en el Congreso, el remate al proletariado era mortal de necesidad. Cuando los obreros de la Construcción eran los que fumaban Ducados, uno cree que los pisos, que es de lo que ahora habla todo quisque y no de la subida del tabaco, eran más asequibles que ahora y un obrero de fábrica -mi padre, sin ir mas lejos- con cuatro, cinco, seis hijos... compraba pisos de cien metros y daba estudios a la prole. Ahora, ingenieros hay que si quieren comer garbanzos no pueden fumar ni en sueños y lo de comprar piso de cien metros... pues ¿qué quiere que le diga? Lo mas rápido para prosperar es cometer fechorías económicas de las gordas. Si salen mal, a la cárcel, donde se supone que los amigos de "toa la vía y por los que tanto has hecho" te meterán algo en peculio, por lo menos para el tabaquillo.