Francisco Javier Gómez Izquierdo
El continuo sobresalto que resulta caminar en Segunda División ha reservado un espacio plano y falto de emoción al equipo de Iván Ania y al cordobesismo militante, pues llevamos un mes perdiendo en casa -Rácing, Deportivo, Cádiz- y empatando fuera -Málaga, Granada, Leganés. El sábado vino el Éibar, firme candidato al descenso, y don Tebas nos puso el partido a las dos de la tarde en El Arcángel, que ni comes en horario que deben comer las personas sensatas ni duermes la siesta a pesar de resultar un espectáculo tristón y monótono, como de ver pasar "un tren interminable" con todos los vagones iguales. Así dos horas. Lógico 0-0. Y como el Burgos, mi otro equipo, el primero, llevaba otro mes en parecidas condiciones, pero con juego más mezquino y menos goles, se esperaba una derrota en Almería, no olvidemos el club de mayor presupuesto (32 millones de euros). Resultó que salió la jornada loca y "los hijos del Frío" le helaron la oreja a "los hijos del Desierto". Ahora se ve que vende mucho ponerse motes y alardear con ellos como nuevos suevos y alanos buscando los tres diamantes de cada fin de semana. Ganó con fundamento el Burgos, que quedó muy agradecido a Aridane, el de las luengas guedejas, enredado como Absalón en el césped de su parcela tras alguna noche turbulenta de acelerador, freno y alcohol. Cometió un penalty que supuso el 1-2 final porque jugó por falta de personal, porque está muy nervioso y porque servidor cree que el canario no tiene edad para seguir llamando la atención por "do quiera que va".
Me volvió a sorprender del Burgos la soltura en subirse a las barbas de los buenos. A las barbas de un Almería al que sigo viendo arriba por mayo pero que ayer no pudo con los Cantero, Lizancos, Grego, Aitor e Íñigo Córdoba, Morante, David González y sobre todo con ese Atienza multipiernas, ejemplo de sacrificio y abnegación por una idea defensiva que asume con una aplicación merecedora de matrícula de honor. Sí. De todos los medio centros de Segunda es de lejos de los menos técnicos, pero es quizás el más constante, el más concentrado, "el más mejor" como dice mi vecino de localidad en El Arcángel.
El caso es que esta jornada ha perdido estrepitosamente el Deportivo ante el Sanse, no ha ganado el Rácing al equipo del "el arqueólogo" Igor Oca, otra vez en camiseta en Cantabria.18ª jornada marcando el Rácing por medio de un habitual, Andrés Martín, al que tanto aprecio tenemos; tampoco pasó del empate Las Palmas y hasta el Valladolid ha perdido con el Andorra, otro equipo al que veo flojísimo. Se aprieta la clasificación sobremanera y se espera un 26 con riesgo de infartos.
Quiero hacer una mención a Luis Carrión, despedido en el Oviedo. Creo, en mi modesto parecer, que no debió aceptar la llamada para sustituir a Paunovic. Sabe que el Oviedo ascendió por la inspiración casi sobrenatural del portero Aarón Escandell, cancerbero milagrero, que la plantilla es floja y muy creída, y que los patronos son caprichosos en demasía. Yo creo que hasta chungos. Oigo que el Grupo Pachuca quiere a Guillermo Almada, conocido y apreciado por el Grupo,, que es actual entrenador del Valladolid para sustituirlo y que el Valladolid lo ha fulminado porque le ha visto querencia por los antiguos patronos en Pachuca. Malo. Todo malo. Como despedir a Julián Calero, el único capaz de mantener la concentración de una plantilla que con don Julián estaba dispuesta a morir en el casi imposible intento de permanecer en Primera. Montada en un Panda en disputa con los Ferraris y los Alfaromeros como dice Rafi, la que me vende las naranjas de Palma del Río.