Lo que los tontos llaman “democracia” ha sido sustituido por lo que los listos llaman “gobernanza”, que sería el pastoreo del rebaño (somos la parábola del carnero castrado de Santayana) a cargo de los globalistas (pajita a pajita los tortolitos hicieron su nido), que con nuestra “pelle della pecora” se han hecho un sayo.
–Y los niños ucranianos que vuelvan con sus padres a Ucrania –intervino, de pronto, dedito en alto, la mascota de la UE en el Despacho Oval de la Casa Blanca, sin caer en la cuenta (en “el Excel”, en su caso) de que en Ucrania, con niveles de bajas propios de la primera guerra mundial, los desaparecidos son los padres, circunstancia que la “gobernanza” no contempla.
La “gobernanza”, que es consenso, debe reemplazar a la política, que es conflicto. El palabro procede de la jerga gringa de los negocios, y en España fue popularizado por el dúo Sacapuntas del 78, Cebrián y Gonzalón, que se la oyó a Strauss-Kahn, el seductor DSK del FMI. Dicho por Erriguel, más allá del mundo aseptizado de la “gobernanza” se encuentran los “Estados fallidos” (“Failed States”), los “Estados gamberros” (“Rouge States”) y las fuerzas del Mal. Bajo la apoteosis neocón (el hongo liberalio), Occidente insiste en su misión “civilizadora”: globalizar a los Estados-nación recalcitrantes y convertirlos en tierra de “gobernanza”, aunque primero haya que desguazarlos en el Caos: el mundo debe vivir por debajo de sus posibilidades para que el Imperio pueda vivir por encima de las suyas.
–Soy un ciudadano del mundo –se decía Obama en 2008 mirándose en la fuente: el Imperio se le hacía pequeño y su plan consistía en impulsar la “gobernanza postnacional” de la Humanidad, cuyo único obstáculo son las naciones.
La Revolución francesa, que se las echaba de universal, hubo de apencar con la idea de nación, y la Revolución soviética, que también se las echaba de universal, hubo de apencar con el patriotismo ruso. Con esas moscas tras de la oreja, el globalismo neoliberal, cuyo fin es disolver la política en el Mercado, arrasará cualquier nación hasta convertirla en un desolador aparcamiento donde pueda aparcar incluso la “gobernanza”.
–En Europa ya no hay lugar para los Estados homogéneos –declaró el hermoso general Clark (su foto todavía la usan los estafadores de la Red para seducir a las “búmer”) antes de hacer llover uranio empobrecido sobre Yugoslavia. Estaba naciendo la Europa de la “gobernanza”, imperturbable, dice Erriguel, ante las consultas populares y las soberanías nacionales. La “eurogobernanza” como antecámara de la “gobernanza” mundial.
–En esta tesitura el “pueblo” es siempre sospechoso: por eso es mejor “deconstruirlo”.
Estamos ante la dictadura de una superclase (“overclass) mundializada mediante técnicas de “gobernanza” postdemocrática, donde la izquierda radical ejerce de acelerador y comparsa, preparando el clima cultural propicio a la civilización liberal.
[Viernes, 5 de Agosto]
