Juanito Barbas y Jorge Valdano en el Zaragoza de Beenhaker junto al paisano Maradona, otro que también se fue
Francisco Javier Gómez Izquierdo
No recuerdo, quizás no lo he sabido nunca, quién en los 80 era el encargado de fichar técnicos y jugadores para el Real Zaragoza, pero lo cierto es que a La Romareda llegaban jugadores -Diarte, Valdano, Rubén Sosa, Jordao, Arrúa...- casi desconocidos que a los dos o tres años se convertían en estrellas y entrenadores tan innovadores que pasmaban a los presidentes de todos los clubes. Vujadin Boskov y Leo Beenhakker pasaron del Zaragoza, su primera parada en España, al Real Madrid y lo hicieron porque su fútbol y su manera de ser tenían encantada no sólo a una afición "blanquilla" (en estos días de descontento, tiene que ser dolorososísimo recordar aquel tiempo en el que fueron referencia) si no a todo el fútbol español. ¡Cómo jugaba el Zaragoza de Beenhakker! Con Valdano, Amarilla, Señor, Amorrortu y... Barbas, un medio centro increíble por el que tuve una fe infinita y al que Don Balón eligió dos años seguidos como el mejor jugador de la Liga. Recuérdese que por entonces Maradona andaba por aquí. Ramón Mendoza se llevó primero a Valdano al Madrid y luego a Beenkakker, que aún no me explico cómo no insistió con Juan Barbas, un futbolista que no tiene el reconocimiento que merece, para acompañar a la "Quinta del Buitre".
Lo lógico es que Beenhakker fichara por el Barça pero el presidente Núñez se ve que estaba un poco escamado con el carácter neerlandés y le dió por ciertas veleidades británicas: Venables, Hughes, Archibald... mientras el Madrid buscaba aproximarse al fútbol del Ajax que es la escuela que traía Leo Beenhakker, un holandés con muy buenos modales, educado y respetuoso, lejos de los esteriotipos que se tenía de los de su nación. "Con la Quinta y un entrenador holandés, invencibles", pensaron Mendoza y sus asesores. Con el tiempo he notado que no se recuerda a la Quinta del Buitre como merece, ganadora de tres ligas seguidas con un fútbol primoroso. Puede que quizás demasiado sobrado en la liga doméstica, lo que restaba capacidad competitiva en Europa. No me explico por qué aquel grupo no fue más importante con la Selección y en la Copa de Europa. Hubo una semifinal contra el PSV que... en fin.... Muchos aficionados, salvo claro está, los merengues, tampoco recuerdan que el entrenador blanco que perdió la famosa liga en Tenerife, la del cante de Buyo y los cientos de noticias de primas culés, fue Leo Beenhakker, del que se volvió a echar mano en el 92 y al que servidor reprochó aquella tarde la recurrente sustitución de Martín Vázquez.
Falleció ayer Leo Beenhakker, magnífico representante de la escuela holandesa, de los que garantizaban buen fútbol. Un entrenador que caía bien a todo el mundo y al que como no podía ser de otro modo se le comparaba con Van Gaal. Servidor cree que tanto uno como otro tenían la misma idea de como plantear los partidos. Don Luis con mucho genio y Don Leo con mucha templanza. Puede que sea excesivo. Servidor cree que le faltó "una poca de mala leche".
Además de en España y los mejores clubes de su país (se cuenta un episodio en el que Cruyff quiso dirigir un partido desde la grada estando él en el banquillo del Twente, creo). Entrenó en México en dos períodos distintos al América y al Guadalajara. Dirigió la selección holandesa, la de Arabia Saudita, la de Polonia y la de Trinidad y Tobago, país éste donde es una celebridad.
Tenía 82 años. DEP