Francisco Javier Gómez Izquierdo
Vigesimoséptima jornada de Liga ya en la Segunda y al aficionado romanticote que se esfuerza por ver el fútbol como si aún estuviera en 1975, medio siglo atrás, se alegra con la contemplación del liderazgo del Mirandés y recuerda que por entonces, de Mirandés hizo el Burgos hasta final de liga y que aquéella temporada jugaban en Segunda equipos como el Ensidesa o el Calvo Sotelo, modestísimos como el Mirandés de hogaño. No. El Mirandés es más pobre que aquéllos y no cabe en mi cabeza que vaya a ascender, pero si tenemos en cuenta que lo que no cabe en mi cabeza entra en cualquier otra, ¿por qué no?
Al Rácing de Santander le está haciendo tambalear su adelantadísima defensa; al Almería "ir de sobraos" arriba y ser poco cuidadosos con su portería; el Elche es una continua incógnita; el Levante, archiendeudado, va sacando provecho de lo que tiene; el Oviedo, con un fútbol bronco y desagradable anda a la expectativa; en Granada no hay buen ambiente... ¿Y el Huesca? Pues a servidor le parece que el Huesca hace un fútbol "amarrategui", palabra ésta que me gusta más que lo de "bloque bajo", que busca sus goles en los saques de esquina -increíble los puntos que ha sacado de ese pozo-, y en la generosa contribución de Gerard Valentí para que el Huesca sea tomado por equipo serio... ¡Ah, y Soko!, al que da gusto verlo correr.
El caso es que Mirandés y Huesca, dos equipos que empezaron la Liga con ánimo de luchar por no descender, están ahí, "tó chulos", amenazando a los de notables capitales. A pesar de tener dudas con Rácing de Santander, Almería, Elche, Granada... más las sigo teniendo con los dos imprevistos gallitos, pero... si ha de ser que sea.
Por abajo se va ensombreciendo sin remisión el futuro de Cartagena, Rácing de Ferrol y Tenerife. ¡Madre mía, el Tenerife! Si ni Pepe Mel, ni Álvaro Cervera han sido capaces de enderezar tan escandalosa decadencia, parece imposible la salvación chicharrera. Así, sólo al Eldense, el cuarto desahuciado, le asoman pequeños atisbos de recuperación. Atisbos que enderezan las orejas a mi Córdoba y sobre todo a mi Burgos que a pesar de los cinco puntos de distancia, no es conveniente descuidarse. No tanto como al Tenerife, pero al Zaragoza también da pena verlo tan lejos de lo que fue. Ayer, en La Romareda ante el Burgos, jugaba al 0-0 con Dani Gómez en el sitio que ocuparon el Lobo Diarte, Jordao... y Marcelino. A este Dani Gómez le han movido los que lo llevan con mucha complicidad periodística a mi parecer. Caro para el Levante, se fué al Valencia que se lo dejó al Zaragoza. Todo ésto desde el verano. El caso es que hizo una entrada fuerte a Miguel, lateral del Burgos. Una entrada de amarilla si se quiere, pero el árbitro aplicó la modernez televisera y lo expulsó. Esa ventaja la aprovechó Íñigo Córdoba, solito fuera del área en el rechace de un córner para arrear un zurriagazo como los que los maños veían salir de la zurda del "Nino" Arrúa.
¡Lo que hay que ver! El Zaragoza temblando por la posibilidad de descender a 3ª y el Mirandés plantado ante el escaparate de la Primera.