martes, 25 de febrero de 2025

Bienvenido, Mr. Vance



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Munich, 2025. Mr. Vance: “Europa no acepta la libertad de expresión”. Pistorius (ministro de Defensa alemán, sea eso lo que fuere): “Esto no es aceptable”.


En España, una portavoz del gobierno, Silvia Inchaurrondo, pide Censura con los argumentos de don Gabriel Arias Salgado (“una cosa es la libertad y otra cosa es el libertinaje”, etcétera), y en América, Margaret Brennan, locutora del partido Demócrata en CBS, que va de Hannah Arendt del club de la comedia, anonada a Marco Rubio, secretario de Estado, con la revelación de que el vicepresidente Vance hizo apología de la libertad de expresión… “en un país donde la libertad de expresión se utilizó como arma para cometer un genocidio”, momento en el que Marco Rubio podría haber decidido darse a la bebida, despreciando las lágrimas de un lenguado (pez planito), Heusgen, que al clausurar su conferencia de seguridad se arrancó el anzuelo y rompió en singultos por las palabras de Mr. Vance ante la patocracia europea, versión perfeccionada de la de la Urss, estudiada por el psiquiatra polaco Lobaczewski. El paralelismo Urss/Ue lo haría Vladimir Bukovski: “Yo ya viví en tu futuro: organizaciones creadas por coacción y gobernadas por una docena de personas no electas que se reúnen en secreto; un Parlamento que aprueba las decisiones del Politburó; el propósito de la Urss era liquidar las nacionalidades para crear una nueva identidad, y la corrupción creció de arriba abajo; los opositores son silenciados (gulag y ostracismo); no caben reformas. Única salida personal, la independencia: no aceptar lo que ellos planearon para ti, pues nunca te preguntaron si querías unirte”.


El único enemigo de las patocracias (esto ya lo apuntaba Panero en sus crónicas del manicomio de Mondragón) es la libertad de expresión, y contra ella se dirige la lucha de todo el periodismo europeo, que recibió (secretamente, por decisión de Ursula/Rosie) una millonada de dólares, 132, sólo para las elecciones del 24. En el discurso de Mr. Vance, un tipo capaz de enlazar subordinadas sin necesidad de leerlas en un folio, se deslizó una mentira piadosa: “Es el momento de que todos nuestros países, todos los que hemos tenido la suerte de que nuestros respectivos pueblos nos hayan otorgado poder político…”, cosa que sólo ocurre en América, donde la democracia representativa. En Europa (con la excepción más literaria que política de Francia, gracias al golpe de De Gaulle) nadie elige a sus gobernantes: somos Estados de Partidos con sistema proporcional, máquinas extractoras de impuestos que niegan, por definición, la representación (“No taxation without representation”).


 Nos pastorean capataces rapaces y vulgares (el “fascismo de la vulgaridad”, que decía Steiner) que ahora, al verse humillados por Mr. Vance, se vengarán en el lomo de los siervos, que somos nosotros. Nos espera la pobreza envuelta en propaganda, para que no huela. Y, si nos dejamos, la guerra.


[Martes, 18 de Febrero]